Es verdad, que asco de película cortando el rollo. jajajaja.
Es verdad, que asco de película cortando el rollo. jajajaja.
Aún puedo recordar cuándo me gustaban los anuncios. Coincide en el tiempo con cuándo pensaba y decía inocentemente que nunca me iba a gustar ni el vino, ni el café. Vamos, casi en los albores de mis días. Cómo hemos cambiado…