Afeitado del día: 16/05/2020
Pre: Ducha – Emulsión Myrsol
Brocha: Semogue SOC Mistura
Jabón: Tabac
Navaja: A Castrexa
Post: Loción Floid Black y bálsamo Tabac
Enrique está disfrutando de un buche de café recién preparado por su nieta Sonia. Son las 8 de la tarde y a estas horas se está de maravilla en la terraza de su casa, el intenso calor del Oriente de Cuba ya va remitiendo y una ligera brisa refresca el ambiente.
Enrique ya está con 80 años, pero aún tiene en su memoria el día que vio partir en un buque desde Matanzas con destino a Argentina, a su padre Florencio y su hermano Pepe.
Él decidió quedarse en Cuba por varios motivos, el calor y el Sol de ese país, la luz que había allí, el bullicio, la posibilidad de una vida mejor y sobre todo las mujeres.
Jamás en su vida había visto una mujer negra o mulata hasta llegar a esa tierra y las que allí había visto lo habían vuelto loco, que bellezas, que sensualidad, que dulzura, nada que ver con las de su tierra gallega.
Siempre le decían: gallego ustedes los españoles inventaron lo mejor que tiene Cuba, la mulata, y fue una mulata quien le robo el corazón a Enrique, Yamelis, 10 años mayor que él.
Fue su gran amor, la mujer que le hizo perder la cabeza, y le abrió a un mundo de pasión, pero nunca fueron el uno del otro, pues ella era por horas de otros y él era un ser libre que había probado la fruta prohibida y se había viciado de ella, aunque siempre se tuvieron un gran amor y un gran respecto.
Enrique tuvo muchas mujeres en su vida, pero nadie le hizo sentar la cabeza hasta que ya con 40 años se cruzó en su vida una bella muchacha de 20 y ahí se derrumbó, se dejó llevar.
Tuvieron una hija, se casaron, y se decidió asentar en una pequeña ciudad del Oriente de Cuba cerca de Holguin, donde monto una fonda con casa de comidas por la que se hizo muy famoso por su buen hacer en los fogones, tanto que los americanos, dueños de la principal central azucarera de la zona lo contrataron para que fuese su cocinero en sus banquetes.
Ironías del destino hizo que cuando la Revolución nacionalizo la Central Azucarera y le expropio a todos los terratenientes de la zona sus tierras hizo que sus dotes como cocinero lo salvaran de la expropiación y pasase a cocinar para los revolucionarios. Mismo perro, pero con distinto collar.
Él nunca se olvidó de la bella Yamelis, siempre la tuvo en su memoria y pasado mucho tiempo cuando ella estaba viejita y enferma fue la mujer de Enrique quien la rescato de la pensión mugrienta donde vivía y se la llevo con ellos para que pasase los últimos años de su vida con dignidad.
Igual que no se olvidó de su bella Yamelis, jamás olvido su tierra natal Galicia, a la que nunca más volvió y jamás pensó que pasados casi 100 años desde que él había llegado a Cuba su nieta Sonia se fuese encontrar en La Habana con el nieto de su hermano Pepe, Javier.
Las dos orillas del Atlántico por fin se encontraban, 98 años después de que Florencio con sus hijos Quique y Pepe desembarcasen en Matanzas para hacer las Américas y buscar un futuro mejor.
Hoy de banda sonora todo un clásico de la música cubana, Lágrimas Negras.
Aunque tú me has echado en el abandono
Aunque tu hayas muerto todas mis ilusiones.
en vez de maldecirte con justo encono
en mis sueños te colmo
*en mis sueños te colmo *
de bendiciones.
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