Martes, 29 de septiembre de 2020.
Coñacito musical: Wagner, Parsifal, Orquesta del Festival de Bayreuth, Knappertsbusch, Phillips. Seguimos con Parsifal, que cuatro horas de música dan para muchos afeitados y por tanto para unos cuantos coñacitos (¡ah, se siente, no haber venido!). Pero hoy no voy a hablar de la obra, sino del director: Hans Knappertsbusch, “Kna” para los amigos. Una absoluta referencia en el repertorio wagneriano y un director que siempre fue muy querido por los músicos. ¿Por qué? os preguntaréis, y si no os lo preguntáis vosotros ya me lo pregunto yo, cabritos. ¿Por su acabada musicalidad? ¿Por sus conocimientos enciclopéidcos? ¿Por ser gran director y mejor persona? Pues no, señor. Por una razón mucho más prosaica: porque no le gustaba ensayar, y es que a fin de cuentas los profesores de orquesta son artistas pero les gusta currar lo mismo que a usted y que a mí, o sea, entre poco y nada. Cuenta la leyenda que ensayaba una única vez para cada concierto, y que el ensayo duraba lo que tardaba en decir: “Señores, ustedes conocen la obra, yo también, así que nos vemos esta noche en el escenario”. Vamos, que era la versión musical de Luis Molowny, cuyas charlas tácticas antes de los partidos se limitaban a tres palabras: “salgan y jueguen”. Se negó a adscribirse al Partido Nazi, lo que le costó algún disgusto y que Hitler, ese hombre, lo tildara de “director de banda militar”. Lo cierto es que al bueno de Kna no le interesaba el sonido refinado ni la ejecución impecable, sino la frescura, la espontaneidad, la improvisación, y conseguía unas interpretaciones profundas, de gran calado, ceremoniosas (hala, ahí queda eso).
Afeitado:
Pre: Aceite Racogon fórmula n. 7 al aceite de lavanda
Brocha: Omega Silvertip 632
Jabón: Lea Classic
Herramienta: Filarmónica 14 DT
Loción: Old Spice Captain
Bálsamo: Aloe Vera Deliplus
En el pueblo lo tenemos muy hablado: es verdadera devoción lo que tenemos por las Filarmónicas, desde las de Viena y Berlín a las Doble Temple, pasando por la Sub Cero y la Especial. El de hoy ha sido un afeitado para enmarcar, aunque esté mal que yo lo diga, sobre todo porque a ver cómo narices se enmarca un afeitado. Culito de bebé lavado con Perlán, no sé si me explico. Una cosa de Mimosín, del borreguito de Norit y hasta de Copito de Nieve, y ya puestos también de Heidi y de Pedro (de Clarita no, mentes enfermas), todos juntos y revueltos en felicísimo ayuntamiento, que diría el otro. Cómo es posible que el acero acaricie así la piel mientras siega la barba es un misterio que merece un programa monográfico de Iker Jiménez, tal vez incluyendo una ouija para invocar al espíritu de don José Montserrat Pou, que se llevó su magia a la tumba. ¡Y cómo canta, la jodía! Total, que he estado toda la mañana tocándome. ¿Es grave, doctor?
En fin, eso es todo. Mañana, si eso, más y todavía peor. Cuídense, caballeros.
![](https://i.ibb.co/jk9vhqv/3-F05-D8-F0-FEB5-4430-815-C-7328-A0-C446-FB.jpg)