En mi reciente viaje a Nápoles observé la gran cantidad de barberías que había. Pequeños locales a pie de calle. Y es que los napolitanos llevan el cabello y la barba muy bien arreglados, aunque el nivel económico no sea tan elevado como en el norte. Van bien acicalados y se nota, y se ven menos “viejecillos” en los cuellos que aquí, en España (no sé si sabéis lo que es). Los jóvenes suelen llevar barba bien arreglada. Por ello, en las barberías pone el precio del corte de pelo y el del arreglo de barba, por muy modestas que sean.
De hecho, en un restaurante mi mujer advirtió lo arreglado y bien bronceado que estaba un camarero, y le preguntó si en sus horas libres tenía un huerto o algo parecido, por el tono de su piel, a lo que él contestó que nada de eso. Dijo (perdonad mi italiano macarrónico mezclado con español) que “Per la Matina, ben rasato, dopobarba e crema solare. Dopo, una passeggiata in riva al mare”. Y bien pito que se puso al ver que una fémina alababa su aspecto físico.
Os pongo unas fotos. En la que está hecha desde la calle se ven los precios (en otras vi que eran más bajos). Pedí permiso para hacerlas al peluquero, e intenté no sacarlo (estaba hablando con un conocido). No obstante, me he dado cuenta de que salieron reflejados en el espejo.
Espero que os gusten.