Desayuno fuerte en Puigcerdá, viaje en coche de 1km a Bourg-Madame para comprar material homeopático por valor de 200 euracos (encargo familiar, yo no creo) Llegamos a Llívia y la Flana compra un pan de gran tamaño. Plan: huevos fritos con chistorra. En la iglesia me encuentro un absidiolo con una alegoría en la que cuento más tetas de las autorizadas en SCNHG, pienso en hacer una foto para @Xavieiro, pero estoy atado de pies y manos. Propongo ir al circo, pero va a ser que no. Volvemos cruzando Francia bajo un sol del copón.
Calla que lo del vuelo de vuelta fue de auténtica traca, de guión de Berlanga…
Esta señora formaba parte de un grupo de 5 o 6 parejas presumiblemente por la edad ya personas jubiladas que supongo que habrían decidido ir a conocer aquellas tierras y que muy familiarizadas con el tema vuelos y viajes en avión no se les veía…
Gritos como:
“Aurelioooooo!!! vente paca que hay una cuarta más y vas a ir más ancho!”
“Creo que más de una arroba ya tiene que ir abajo”
“Cuando sube parriba se me van las tripas al pescuezo”
hicieron las delicias de los demás viajeros.
En pleno rodaje hacia la pista de despegue giro la cabeza y veo a dos señoras de pie hablando con los del asiento de atrás y otra dando vueltas por el pasillo enseñando fotos a las amigas, en esto que veo pasar al sobrecargo (hombre) a toda velocidad con rostro desencajado y vena en el cuello a punto de estallar y perdiendo la paciencia les suelta " Pero por el amor de Dios señoras ¿que se piensan ustedes? ¿que esto es el coche de línea de su pueblo?" ante la cara de estupefacción y alguna risa de los presentes.
Otro señor del grupo, a mitad de vuelo, tras ojear detenidamente la carta de productos a bordo para comer, llama a una azafata y le dice que no le gusta lo que hay, que si le podrían hacer un par de huevos fritos . doy fe, fue verídico.
Ante este panorama no es de extrañar que aún muchos extranjeros piensen que en este país los hombres seamos todos toreros y las mujeres bailaoras de flamenco.
A mi mujer una vez se le ocurrió intentar mediar con una tipa así que iba delante nuestro, y todavía se le encaró el marido.
Aviesamente me acerqué al agente y le pregunté si le importaba cascarle una hostia al tío por mí.
El control de equipajes más rápido por el que he pasado