Siento dar esta luctuosa noticia a los fieles seguidores (pese a su cada vez peor calidad) de esta archiconocida barrita de jabón de (antaño) fabricación nacional y hoy, sólo de nombre nacional.
Pues que haciendo la compra pasé (como siempre) por la sección de afeitado, con la intención de ver si había barritas Lea de las nuevas y olisquearlas, al menos. Pero había La Toja, así que la olisqueé igual. Amigos míos, ya se han cargado hasta el aroma. Ni es igual, ni huele con la misma intensidad que olía. Encima el jabón tiene otro aspecto y color, como si fuera menos denso y no tan blanco. Huelga decir que le puse el capuchón, lo dejé en su sitio, e invoqué una maldición gitana para quienes perpetraron este magnicidio.
Recemos porque Alvarez Gómez nunca cambie de manos, que la nueva barrita Lea siga siendo de sebo, y que deje de oler a detergente.