Hoy en el pueblo de mi madre hablando del tema de afeitados y jabones, me recordaron que mi tío-abuelo (QEPD) se afeitaba a diario a navaja. Ese hombre hará unos 30 años o más que murió, pero me vino a la cabeza la imagen de él afeitándose en el patio.
Rebuscando por cajones olvidados de la antigua casa, aparecieron estas dos navajas que os pongo más abajo.
Una filarmónica doble temple nº 14, con un buen mordisco en el filo (Pone “álvarez y gonzález vaciador”), y otra, con una bonita funda de ¿cuero?, al parecer de la marca ford, pero ya con muy poca hoja, y las cachas de lo que me parece que es asta, rotas en un extremo.
Me decía mi madre que recordaba a mi tío-abuelo con una navaja más grande, con las cachas blancas, como nacaradas. Esa navaja no apareció. Quizá sea la ford, y la memoria le haya jugado una mala pasada, porque también dijo que recordaba como la afilaba a diario con una pizarra, y eso explicaría lo poco que queda de la hoja.
Las hojas están bastante oxidadas. Yo no tengo ni idea de restaurar, reparar o arreglar navajas. De hecho es la primera vez que tenía una navaja barbera en la mano (sólo me he afeitado con shavette).
No sé si se puede, y merece la pena intentar reparar la filarmónica. Si no era de mi tío-abuelo, sería casi seguro de mi abuelo, pero en casa no han sabido confirmármelo.
Tenía ya en mente de aquí a final de año comprar una navaja de iniciación, para empezar a practicar, y comprar luego una buena si veo que me gusta. Si mereciese la pena recuperar esta, la usaría para esta fase de iniciación, con el extra añadido de que sabría que viene de generaciones anteriores de mi familia, y la intentaría conservar aunque más adelante no la usase.
Aquí van algunas fotos: