No todo está perdido, aún hay esperanza

Durante los dos últimos años mi hijo estuvo jugando al fútbol con el equipo de Carral, desde los 12 años hasta los 14. Este año lo dejó, la verdad es que no era lo suyo y creo que se apuntó por el entorno.

Esto viene a cuento porque durante ese período de tiempo lo que he visto y escuchado en los campos de fútbol no tiene nombre, padres, madres, entrenadores y directivos en estado salvaje y desatados. Hubo partidos en los que mi hijo vino espantado para casa.

Pero hoy leyendo “La Voz de Galicia” veo que aún quedan buenas personas en el fútbol, que por encima de los resultados pretenden enseñar ciertos valores a través del deporte.

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No solo en los campos de fútbol, por desgracia. Cuando era jovencito jugaba a baloncesto, y era vergonzoso ver a padres liados en batallas campales en las gradas a gritos y hasta llegando a las manos.

Con este tipo de cosas se confirma aún más mi teoria. Eso de que las generaciones cambian, de que los niños de hoy en dia estan atontaos, que nada más quieren videoconsolas… La culpa no la tienen los niños, los niños son niños, como siempre ha sido hace 5 años o 50, la culpa la tienen los padres que cada vez se desentienden más de ellos y que no entienden la evolución de estos, de ahi, a que se comporten como energumenos intentando sobreproteger al niño cuando no procede

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Siempre lo he dicho, no hay deporte que ponga más agresiva a la gente que el fútbol.
Como algunos sabéis trabajo de conserje en un colegio, y he tenido que prohibir jugar al fútbol a muchos grupos de chavales, por que todo termina en trifulca. Cosa que no pasa si juegan al baloncesto, al bote, al rugby, al pilla pilla o a cualquier otro deporte o actividad.

Y ya de los campos de fútbol y sus holligans ni hablamos.

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Es triste que esto sea noticia, ojalá hubiese un cambio pero lo veo difícil.