Saludos a todos los foreros. Conocía este foro, pero no estaba registrado en él. Solo leía sus jugosas aportaciones. Ahora he dado el paso de empezar en él para seguir aprendiendo y aportar todo lo que pueda.
Me inicié en el afeitado clásico en el verano de 2016. Hasta entonces solo usaba maquinilla multihojas (cuando empecé a afeitarme a mitad de los ochenta usaba las BIC azules de una sola cuchilla. Luego pasé a las de dos cuchillas. Más tarde usé durante un breve espacio de tiempo una afeitadora eléctrica hasta que volví a las BIC de dos hojas y a las multihojas). De pronto, un día, vi la luz: me di cuenta de que a ese paso terminaría en 2050 con una maquinillas de 15 hojas y decidí volver a la simplicidad vintage de la maquinilla de seguridad de una sola hoja de afeitar.
Desde este momento descubrí que había convertido una necesidad en un placer. Porque el afeitado clásico es precisamente eso: el descubrimiento del placer del afeitado. El arte del afeitado tradicional es una de las artes de la masculinidad perdida, y nosotros estamos contribuyendo a su recuperación.
¿Por qué el afeitado tradicional?
Porque es más barato. Primera mentira que nos decimos. Reconozcámoslo: nos gastamos más que en el afeitado moderno porque somos unos sibaritas a los que les gusta probar diferentes jabones, cremas… compramos varios aftershaves en función de las estaciones del año, nuestro estado de ánimo, por probar… usamos distintas maquinillas en función del estado de nuestra barba, el tiempo del que disponemos… según el tipo de jabón, combinamos la brocha (tejón, cerda, caballo, sintética…). Al final, el foro nos empuja a ir probando según el criterio de “culo veo, culo quiero”.
Porque uno desperdicia mucho menos. Afeitarse con nuestras cuchillas de siempre deja menos rastro. Además las cremas y jabones que usamos tienen una estética que proclama el buen gusto: no tienen nada que ver con esta estética tunera que tienen los botes modernos de supermercados.
Porque los afeitados clásicos duran más y son mejores.
Porque uno se siente un hombre cuando continúa con un ritual en el que ya tomaron parte nuestros padres y nuestros abuelos.
Porque somos herederos de Roma, civilización que no conoció las barbas salvo en los esclavos (a los que se les prohibía afeitarse) y en el último período (decadencia) por la influencia bárbara.
