Ahora lo son, pero tú has visto esa navaja antes. Parecía que se había alojado en los estómagos del todopoderoso Sarlac, para una digestión de más de 1000 años…
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Por eso digo que la restauración es muy buena… y lo que decíamos, que no soy muy de eliminar todas las marcas y pulir a tope y demás…
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Yo, en este caso, no borraría tanto el paso del tiempo porque no parece que la navaja lo necesite para recuperar su integridad. Sanear, sí; cirugía estética, no. Un instrumento que conserve aspecto antiguo pero esté bien afilado y afeite con suavidad a mí me fascinaría. Claro que es algo personal y comprendo perfectamente a los amantes del brillo.
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