Hola. Saludos. Soy José María y vengo de Valencia.
Mi primer recuerdo del afeitado clásico viene de mi padre. Yo era un niño y me gustaba observarlo mientras se afeitaba con su maquinilla de apertura de mariposa, su jabón de barra envuelto en aluminio, su brocha desgastada y su cenicero, ya que siempre fumaba un cigarro mientras se afeitaba. Yo quería imitarlo (especialmente en el tema del tabaco, jejeje).
Es curioso pero cuando falleció mi padre, con apenas 50 años, mi tío Pedro (su hermano) nos pidió la maquinilla como recuerdo y es que ambos la utilizaban cuando trabajaban fuera; eran tiempos de penuria, ya me entienden.
El tema es que de adolescente, el afeitado me resultaba un coñazo, además tenía una barba irregular poco densa y encima los granos de la pubertad. Utilizaba maquinillas de múltiples hojas (no se si ahora ya van por el cabezal de quince hojas) y gel de afeitado y jamás usé afther-shave como mucha gente de mi generación; estamos hablando de los 80`s.
Pero el tema de los recambios se puso muy caro y encima con el deporte, me dio por rasurarme las piernas y el pecho, con lo que aquello no duraba ni dos telediarios.
No fue hasta aficionarme a la perfumería y a coleccionar botellas, cuando me dí de cara con videos de afeitado clásico en Youtube y entonces me di cuenta que aquello no sólo estaba vigente si no que era un mundo en expansión y lleno de posibilidades.
En la actualidad tengo dos maquinillas Mühle (R89 y R41) un par de brochas y algunos jabones y otras tantas lociones y demás. Un suribachi y medio coco para espumar con la de tejón.
Hace cuatro o cinco años me dicen que hoy estaría sacando espuma con una brocha y me da un ataque de risa; el caso es que si me viera mi padre le daría a él el ataque.
Bueno, perdón por el rollo y gracias por el foro.
