Hace un tiempo compré una brocha china de tejón que por lo pinchona se hizo seria candidata al desmoche.
Esta es la susodicha:
El mango mola y pesa un rato.
Pero después de leer las experias de otros compañeros sobre la decoloración capilar del tejón y su influencia en la suavidad de puntas me puse manos a la obra.
Empecé por gorronearle a mi peluquera un poco de polvo decolorador y un culín de agua oxigenada.
Siguiendo las instrucciones recibidas (te tiene que quedar como una bechamel, me dijo. Como coño es una bechamel, pensé) procedí a mezclar los productos y a introducir las puntas de la brocha en dichosa bechamel (pero solo unos segundos, que te la cargas).
Pasados unos treinta segundos y tras el enjuague…eso todavía pinchaba, así que tocaba repetir el proceso.
Esta vez dos minutos. Na, no había tu tía. Tripitimos el proceso. Con modificación añadida.
Aquí ya lo deje como un cuarto de hora y ¡Albricias!, el pelo yá no pinchaba, pero…las puntas no habían blanqueado apenas, se habían quedado cada pelo de un color siendo el mas común un tono marrón claro rojizo.
¡He inventado la brocha de tejón pelirrojo!
En las fotos se ve menos rojo que de cuerpo presente. Sorry.