Érase una vez una española, una italiana y una alemana que querían ir de viaje.
Estaban muy aburridas de sus tristes vidas, pues al ser pequeñas aún sin quererlo habían sido condenadas a vivir en sus cajas hasta que un día fueron restauradas y puestas a punto para darles marcha…
La primera en ir a la agencia de viajes a comprar su billete fue una Filarmónica Especial de primera generación, una abuela catalana que conocía su oficio a la perfección.
Le siguió una Marx & Co, ya la habían jubilado hace muchos años y además ella estaba cansada del olor de la pasta de su Caslino D’Erba natal y quería conocer mundo…
A la teutona F. Herder Abr Sohn le costó mucho trabajo cambiar los marcos que tenía ahorrados por euros para poder gastarlos con sus compañeras de viaje.
En fin, muchas veces dejamos de lado algunas navajas por ser pequeñas, pero una vez bien preparadas, son tan eficaces y suaves como cualquier otra.
He restaurado y preparado muy bien a estas tres abuelas y las he guardado juntas en un estuche para que se vayan contando sus cosas antes de salir de viaje.