Se me hacía extraño vender una navaja sin afilar ni asentar, por eso he restaurado el bisel con una arenisca natural y con posterioridad he afilado con cotícula belga azul.
Jovino, yo no puedo ser objetivo porque soy un talibán de las cotículas belgas, pero es que no es para menos, una vez sabes sacarle su rendimiento jugando con el barrillo y con el agua, EMHO, son las piedras mas versátiles que existen.
Por cierto, nadie quiere una Filarmónica Doble Temple casi entera, con dorado en el sello y recién afilada cortando pelos al aire nada mas tocarlos…?