Por aquí otro enamorado del Pirineo, amigo Fritz.
Me he criado junto al mar, en mi Cartagena natal, rodeado de acantilados, montes áridos y con escasa vegetación, y cuando me casé, descubrí gracias a mi mujer las montañas pirenaicas, porque ella es medio aragonesa (mi suegra es oscense), y sus abuelos vivieron hasta no hace muchos años en Huesca capital. La única manera que tenía ella de verles era aprovechar las vacaciones de verano y subir a la “Urbs Victrix Osca”. Les visitábamos unos dias, y ya que estábamos allí, seguíamos hasta arriba.
Así descubrí lugares tan maravillosos como Ordesa, Ansó, Hecho, Jaca, Canfranc, Benasque, Sallent de Gállego, Bujaruelo, Broto, Torla, Ainsa, Bielsa… eso dentro del Pirineo Aragonés, pero también extendimos nuestros pasos al catalán (Valle de Arán), o al Navarro (Valle de Salazar, de Roncal y de Baztán).
Cuando estamos allí, parece que se me ensanche el alma, y siento que realmente es a esos valles a donde pertenezco. Verde, agua, ríos, lagos, ibones, montañas interminables, gloriosas caminatas, cascadas, pueblos, piedra, gentes nobles y amables de agreste carácter, música… cada pequeña cosa de allí me atrae más que toda mi tierra natal. Qué cosas, ¿no?
Contando los días estoy para que lleguen nuestras semanas de vacaciones, enganchar nuestra caravana al coche y salir hacia el Pirineo.
Un abrazo.