Muhler R89 & Astra platinum, Sintética 24mm Yaqi-Boti, Portus Cale.
Tras el hilo que se abrió sobre si recomendar el Portus Cale para alguien que iniciaba en el afeitado clásico, y contestar que, si por mi fuera, mejor cualquier otro, y leer algunas respuestas de compañeros recordando indicaciones para espumarlo, volví a darle algún intento de espumado al margen del afeitado de cada día. Estaba ya más que dispuesto a ponerlo por el zoco, la verdad. Es un jabón que he gastado muchísimo más, dentro de lo que cabe al ser triple prensado, intentándolo espumar que usándolo en el afeitado. Mi definición era: aroma maravilloso, pero jabón desesperante.
En las últimas pruebas que le he estado dando estos días, siguiendo los pasos típicos de poner a remojo, etc., me he centrado mucho en el tema del agua. Me puso sobre la pista un comentario de @ariznaf por algún hilo de este jabón, que comentaba que apenas admitía agua. Es verdad que otros compañeros también indican la delicadeza que tiene este paso de añadir agua a este jabón. Pero no me imaginaba que la cosa estaba en gotas contadísimas de agua, tan estrictamente.
Tras una buena carga, y darle coba en el cuenco, he probando a irle añadiendo dos o tres gotas de agua. Pero gotas de agua literalmente, contadas. En total quizá valga con ocho, según sea la carga y demás.
Intentado dejar a un lado lo acostumbrado con otros jabones (la “explosión” de espuma, la percepción de brillantez de hidratación de la misma, etc) creo que he logrado dar con la tecla. Con razón me salta siempre una espuma penosa, compuesta de burbujitas y nada consistente. Le echaba el agua que en otro jabón sería normal, y aquí, en el portus, más allá de las diez gotas (pero gotas, literalmente), ya se desastra. No hay que esperar ni “explosión”, ni brillantez. Es una espuma como cemento, apelmazada, densa, y aparentemente sin apenas volumen. Pero gustosa después en cara.
Pero para mí sorpresa, da para tres pases, dándole un poco de vida en el bol entre cada uno, añadiendo como mucho una o dos gotas (pero gotas, contadas, no varias).
Recuerdo que una vez, no sé cómo, logré algo así. Hace más de un año, yo creo. De las pocas veces que lo usé. Y me reafirmo en que a mi piel le da uno de los mejores post que he tenido.
En fin, nunca es tarde si la dicha es buena. Es como un regalo afeitaril reconciliarme con este jabón, en este día que celebro mi inicio de andadura del último año de mi década de los treinta.