Afeitados del 16 al 22 de noviembre de 2020

Afeitado del día: 21/11/2020

Pre: Ducha – Emulsión Myrsol
Brocha: Semogue 2015 HD texugo
Jabón: Jabón Tabac
Navaja: A Castrexa
Post: Loción Habana Club y bálsamo Tabac y un Espléndido Cohiba

¿Creéis en los espíritus y en el más allá? ¿Conocéis lo que es la macumba, el candomble, la santería, la Regla de Ifa? ¿Habéis oído hablar de los Orishas?

Los Orishas son deidades, divinidades o entes de la religión yoruba que los esclavos africanos se llevaron consigo para América implantándose sobre todo en Brasil, macumba, candomble y en Cuba, santería, Regla de Ifa y en esos países se mezcló con el catolicismo, el sincretismo, para que los descendientes de los africanos pudiesen seguir practicando su antigua religión sin sufrir represalias.
Así si el sacerdote creía que sus feligreses estaban orando a la Virgen de la Merced, por ejemplo, en realidad ellos a quien se estaban encomendado era a Obbátala.

Sin yo buscarlo he tenido durante estos años mucho contacto tanto con macumbeiros como con santeros, pero mientras que en Brasil tienes que ir a los terreiros para ver y sentir el candomble, en Cuba esta presente en todas las partes, no lo tienes que buscar lo ves solo poner un pie en la calle.
Quizás los profanos no se den de cuenta, pero hay rastros de la santería por todos los lados, no solo por ver una gran cantidad de gente vestida de blanco que son aquellos que se están haciendo santos, o por el ritmo de los tambores sino por la cantidad de señas que aparecen por todos los lados.

Por ejemplo, cabezas de cerdo puestas en platos de barro en los cruces de las calles, restos de gallos y gallinas, normalmente decapitada en el Malecón y en la zona del puerto, patas de gallos y gallinas en los balcones etc…………

Tanto en Brasil como en Cuba siempre me han insistido para que realice rituales relacionados con la religión yoruba, jogar os buzios en Brasil (echar las caracolas) hacer una limpieza, un baño de flores en Cuba, pues dicen que tengo algo y que quieren saber quien es mi santo, quien es mi Orisha. Pero a mí, esas cosas no me gustan nada, no me gusta andar con esos temas pues soy de una tierra donde hay mucho misterio, donde hay muchos meigallos, en la tierra donde haberlas haylas y con eso no quiero jugar, a los espíritus prefiero dejarlos tranquilos y que ellos me dejen tranquilos a mí.

Pero hete aquí que una vez en La Habana sin buscarlo me encontré inmerso en algo relacionado con eso.

Estaba paseando por Centro Habana cerca del Paseo del Prado, serian sobres las 20:00 o como dicen allí las 8 p.m., cuando de repente sentí los tambores, venían de un bajo donde se veía bastante gente, me acerqué para ver lo que pasaba y vi que estaban con una ceremonia de la santería, estaban coronado a una persona como santo.
El ritual ya estaba en plena ebullición, los tres tambores ya estaban en con un ritmo frenético y el baile de los participantes ya estaba acelerado.
Había gente de todas las edades, jóvenes, viejos, mujeres, hombres, pero la inmensa mayoría eran negros o mulatos, había un par de turistas despistados dentro del local.
Me fijé en el protagonista de la ceremonia y vi que iba todo de blanco, eso significaba que el ritual estaba dedicado a Obatala, Oxala en Brasil.
Había un babalao que era el que dirigía el ritual y recitaba los cantos que los demás participantes repetían.

Yo seguía desde fuera toda la ceremonia mirando desde una ventana del local, poco a poco el ritmo se fue incrementado hasta que de repente veo que uno de los participantes entra en trance, comienza a convulsionar, tiene la mirada totalmente perdida, de repente se acerca a él una mujer, le pone la mano en la frente, lo saca para la calle, se ponen a mi lado y ella le sopla al oído y poco a poco el hombre va volviendo en sí. Le había entrado un muerto, un espíritu lo había poseído.

La mujer me lanzó un mirada intensa y profunda y regreso para dentro y al rato dejaron de sonar los tambores, la gente paro de bailar y el ofrecido se fue para un cuarto acompañado por sus dos padrinos de santo.

La mujer comentó que esa ceremonia se había acabado pero que iban iniciar otra dedicada a la Santa Barbara. Si piensas en Santa Barbara piensas en mineros, en la artilleria, pero en este caso no se referían a esa Santa si no a su equivalente en la santería uno de los Orishas más poderosos, Chango o Xango, como se quiera llamar.

Después de anunciar esa ceremonia pidió respeto durante la ceremonia y salió de nuevo a la calle para tomar un trago y en ese momento me dirigí a ella y le pregunté si podía quedarme a ver la ceremonia, si molestaba mi presencia y le comenté que yo tocaba percusión y que me gustaban los tambores.

Ella me dijo que, si me podía quedar, que no podía grabar ni filmar nada, que fuese respetuoso con lo que estaba viendo y que pasará para dentro a saludar a los tambores. Saludar a los tambores significa besar los tres tambores rituales y hacerles una reverencia, y darles unas monedas a los que tocan. Le dije que prefería ver todo desde fuera y me dijo que yo me lo perdía.

Poco tiempo después salió el ofrecido de nuevo con sus dos padrinos y esta vez vestido de rojo que es el color de Chango, el Orisha guerrero, el dueño de los rayos y truenos. Él fue el primero en besar a los 3 tambores, tumbarse delante de ellos y poco a poco el resto de los participantes fueron haciendo lo mismo, y una vez hecho esto, comenzaron a sonar los tambores, a un ritmo lento y comenzaron a danzar la gente en círculos lentamente.

Poco a poco fueron incrementando el ritmo hasta que el ofrecido se giro hacia los tambores y el resto de los participantes hicieron los mismo. El babalao incremento el ritmo del canto ritual y lo mismo hicieron los tambores.
Durante toda esta ceremonia la mujer no dejo de mirarme, ella no bailaba, ella simplemente controlaba la situación, pero su mirada era inquietante, penetrante.
El ritmo ya era frenético, bestial y de repente comencé a sentirme mal, a sudar un montón, comenzó a dolerme la cabeza, a cerrárseme lo ojos, sentía como si me quedase sin aire, y me dije, cojones que el muerto quiere entrar en mí.
No lo pensé ni un segundo me escapé de allí rápidamente y me fui para el Paseo del Prado a tomar el aire y relajarme.

Me senté en un banco a la altura del Hotel Sevilla y al poco tiempo paso por allí un amigo mío y me pregunto que me pasaba, pues me vio muy pálido y empapado en sudor y le dije lo que me había pasado, el ritual que había visto y que me escapé de allí pues pensaba que estaba vez el muerto me había elegido a mí para manifestarse.
Él se río y me dijo, gallego con esas cosas no se juegan, si quieres escuchar tambores vete a una rumba, pero con eso de la brujería mucho cuidado, que los espíritus los carga el diablo, nunca mejor dicho.

Por cierto, a los Orishas le gustan el ron y el tabaco, en eso tengo algo en común con ellos solo que sustituyo el tabaco por el Tabac.

Desde aquel día los únicos Orishas que me interesan son estos.

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