Los de la generación en torno al 50-60 creo que hemos sido de los más afortuandos por haber vivido una época en que las cosas iban a mejor (al menos en nuestro en torno, no opinarán lo mismo los palestinos o en muchos países africanos) y se respiraba una ambiente de esperanza y cierta euforia.
Eso nos lo han cortado radicalmente en los últimos 15 años o así donde se ha demostrado que todo era un espejismo y que los males de la humanidad siguen siendo más o menos los mismos: la codicia de unos pocos dispuestos a lo que sea por un poco más de dinero y poder.
‘¡No, hombre!, esos que en la caja pone 46, pero sólo hay 20…’
Saludos y… ¡buen carcamaleo!
PD: probé el tabaco, y no me gustó… mi padre era un fumador ‘empedernido’ hasta que lo dejó por ‘prescripción médica’. Por el camino, me volví ‘sensible’ al humo: recuerdo que no podía estar mucho rato en un local público donde se fumase… y me volví un ‘anti-tabaco’. Ahora, aún ‘detecto’ cuando alguien se pone a fumar en la playa, a varios metros de distancia… picor de garganta, ojos rojos, molestia… en fin.
Yo nací inmune al tabaco y a las drogas duras, incluso los kubatas… por eso la peor parte la he pasado…
Lo malo es que ma salido tripa o barriguita de la buena vida…de joven solo tomaba alguna cerveza… Yo no digo que tenga barriga, si no que tengo el almacen de reserva a tope por si entramos en epoca de escased…
Menuda cruz tengo con la barriga, pero es lo que hay, o comes todo lo que menos te gusta, osea alfalfa, o te martirizas con abdominales, yo pienso que la vida no es para sufrir…
“Carpe Diem”
Yo soy compañero de guardería 1.964 de Copito de nieve . Como han cambido los tiempos , entonces la gente cruzaba toda España para ver un mono. Ahora tenemos la Globalización .
Ni lo uno ni lo otro.
Puedes comer lo que te dé la gana, siempre que sea con mesura. Alcohol, poco. Por ejemplo, no beber entre semana.
Al principio, me costó: comía más que antes. Porque comía más, pero mejor, más equilibrado.
Y las abdominales no sirven para adelgazar. Tienen muchas virtudes, pero no sirven para adelgazar.
Se me olvidaba lo fundamental, y tu (todos de hecho) puedes hacerlo: te pones unos zapatos de deporte y andas, a buen ritmo, una hora diaria. Domingos y fiestas de guardar incluidas.
Con eso, el que suscribe, perdió 15 kg. Claro que no en un mes.
Y si un día te pasas con la comida, pues al día siguiente en lugar de una hora andas hora y media.
Este “régimen” me lo indicó uno de los tíos que más sabe de diabetes en el mundo, y es español. Endocrinólogo, claro.
Es por seguir con la coña, te entiendo perfectamente y caminar, lo hago a diario 8/10 km, me encanta caminar y siempre que puedo subo escaleras y no en ascensor.
Pero qué sacrificado es perder peso, dieta no hago, por el efecto rebote, procuro no pasarme, Peeero no me obsesiono.
Si no comes, no bebes, no fumas y no…
Ya me entiendes.
En fin, haz lo que yo diga pero no lo que yo haga. En ésto soy un indisciplinado.
Olvídate de las dietas. Dile a tu hijo que te presente a un endocrino, ya verás que no están por la labor de recomendar “dietas”. Eso pasó a la historia.
Hombre, tanto como “y no…”
Tampoco hay que pasarse.
Pues mira, a eso que has puesto, añádele algo “verde”. Y una sola copa de vino. Poco engorda. Para que te hagas una idea, ya en serio, las indicaciones que me dio el amigo iban por ahí. Hombre, por el bien de la economía familiar, sustituye la langosta por algo más “asequible”