Pues sí.
Y el otro día leí que no incrementaba la velocidad sino al contrario, la disminuía. Daba las explicaciones técnicas, pero no entendí ni papa. A ver si lo veo y lo cuelgo aquí y algún informático lo aclara.
Aunque el texto no era, evidentemente, el mismo. Se limitaba a señalar las virtudes relajantes del fabuloso “masajeador eléctrico a pilas”, que podía “llevarse en el bolso” y “usarse en cualquier parte”. Aunque no veo yo a las señoras del prepostfranquismo relajando el cuello con eso en la mesa de un restaurante, pero bueno…
Ese, y este otro, que muchos recordaréis
Las páginas finales del Teleprograma eran una delicia.
Dato histórico de interés.:
En la antigüedad, las mujeres que presentaban ansiedad, cambios de humor y depresión eran mandadas por sus maridos al médico, el cual le diagnosticaba que padecían de una enfermedad denominada “histeria”, en la actualidad conocida como ansiedad.
Su tratamiento se basaba en un “masaje pélvico” con la finalidad de lograr el paroxismo histérico, conocido en la actualidad como orgasmo.
Era tanta la cantidad de mujeres que empezaron a asistir a las consultas para recibir su “tratamiento para la histeria” que los médicos al final de la jornada de trabajo quedaban agotados y con sus manos acalambradas; por esto decidieron inventar un útil artefacto que producía vibraciones rítmicas y se lograba más fácil y más rápido el paroxismo histérico en la paciente sin necesidad del común masaje manual: he aquí el origen del vibrador.
En esa época era visto como un artefacto curativo, incluso las mujeres más adineradas, los tenían en sus casas para cuando sentían “brotes de histeria”.
Para tener el carnet vip platino de carcamal, tienes que haber visto a los payasos de la tele en blanco y negro y con Fofó, por supuesto, que era la gran figura hasta que nos dejó en 1976.
Monsignore, Rudolfh … Os cito a ambos al amanecer en la Plaza de Armas del Palacio Real … A sable, a florete, a mandoble, a cimitarra, a alfanje o a falcata … Como gustéis … A la Diosa del Caballero Don Elfriedo de Amalric no se la ofende …
Algo mas moderno que los seriales de la radio, pero que sólo recordaran los carcamales cercanos a tirar el sexagesimo taco de calendario a la papelera.