Hola familia virtual:
Volvemos a las andadas tras un comienzo de año aparatoso
En esta ocasión, mi venerado acrílico predilecto, en un color rojo intenso, sólido, con “veta” en negro. No hay perlados en esta mezcla, que resulta tan nítida como agresiva. Estos de Kirinite siempre aciertan.
Una resina estupenda para complementar materiales de los que gustan a prácticamente todo el mundo, más que contrastados. Léase hoja Filarmónica Medallón Taurino y nudo tejón dos bandas Boti “de los gordos”. Apuesta segura, vaya
Para resultar en…
Como muchos sabréis, este tipo de cachas curvas pero actualizadas para navajas rectas (tiene su intríngulis) me seducen especialmente.
Dada su forma, la lijadora de banda resulta poco práctica, y únicamente sirve para “matar” los bordes. Así que el grueso del trabajo será al estilo clásico, haciendo surgir poco a poco esas redondeces, vigilando a cada paso simetría y armonía de formas.
Una vez lijada y pulida, con sus formas bien definidas, procedemos a fresar el hueco del logo. No lo hacemos antes porque tanto la posición como la profundidad óptimas dependen del anterior lijado. Se realiza con fresa plana, y después toca suavizar los bordes, con mini herramienta rotativa, un pequeño disco de cuero de 22 mm de diámetro y pasta de pulido de cierto poder abrasivo. Varios minutos después (aquí, como de costumbre, despacito y con buena letra) igualamos y repasamos toda la superficie en pulidora, con un disco ya más grande y una pasta finísima, de super acabado.
Sólo así llegamos a ésto…
Poner otro lado, el diseño de brocha “Pomo” me produce una especial alegría al terminar cada pieza. Los volúmenes son mayores y me dan mucha libertad.
Primero, orificio a la profundidad deseada para el nudo elegido…
Hay mucho material que retirar, aquí la lijadora es de ayuda, en los granos gruesos. Así que hacemos la preforma hasta grano 120, controlando temperatura, que con este grano y en plano ya comienza a agarrar…
Y comenzamos con lo tedioso. El refinado de las formas, ir poco a poco subiendo el grano, lo cual hay que hacerlo a mano. Si, lo sé, hay maneras de ahorrar tiempo y esfuerzo, y llegar casi al mismo resultado. Énfasis en el “casi”.
Nos tocan horas (varios descansos imprescindibles en mi caso) de manos frías (con guantes pierdo sensibilidad y acabo estropeando alguna arista) y espalda cargándose poco a poco… En los últimos granos, ojo con la presión, ha de ser ínfima para no embotar y arruinar estos (carísimos ) rollos de lija. Y así, poco a poco…
Después, a por el agujerito para el logo. Cada cara tiene una inclinación particular y no son brochas en absoluto simétricas, una perforación aquí, si quiero que tenga una orientación ideal, obliga a utilizar mordazas 360° y ajustar cuidadosamente todos los ejes a cada mango en particular. Sirva como ejemplo esta hermanita azul…
Y luego pulir, recordando que no es una pieza torneada, aquí habremos de ir cara por cara, y cada una de ellas trabajada en tres direcciones distintas para conservar las aristas. Todo ello, y buscando el mismo fin, con un disco muy suave a poca velocidad lineal.
Y entonces, finalmente, las formas brillan…
Así que ya tenemos el conjunto.
Como siempre, esperando haberos alegrado fugazmente la vista, muchísimas GRACIAS por llegar hasta aquí.
Abrazo a todos!!