Hola
Referente al tema económico, se pueda o no, hay infinitud de compras posibles y enableos inagotables, y es harto difícil resistir la tentación.
He pensado mucho en el carácter de consumismo que tiene el afeitado clásico. En todos los hobbies y aficiones hay un mínimo y un infinito. Un reloj puede costar 10 y 300.000 euros, y ambos cumplen la misma función, una moto puede ser completada con muchas chuches de customización como carísimos escapes de titanio, y una navaja cuesta entre 10 hasta 3000 euros, y las gold dollar afeitan de miedo…
Pero he descubierto que el afeitado clásico tiene algo que otras aficiones no tienen. ES TAN BARATO QUE PODEMOS PERMITIR COMPRAS CON MUCHA FRECUENCIA, además tiene muchos artículos distintos de los que disfrutar.
Con esto digo que, por ejemplo, cambiar el coche es un gasto que se plantea cada muchos años y es casi una necesidad, no hay capricho, sin embargo, un jaboncito de 15 euros puede caer a menudo sin que se resienta la economía, una brocha de 30 cada mes, o una navaja de 200 euros cada cambio de estación, ya que se esté o no sobrado de dinero nuestro cerebro nos dice que es una oportunidad única que no hay que dejar pasar… aunque se tengan 15 en rotación.
Además el afeitado se disfruta muchísimo, tanto estrenando nuevos productos, como eligiendo nuestros favoritos. También el foro ayuda poco a sujetarnos, la verdad…
Personalmente estoy intentando “cerrar círculos” para evitar que esto se me vaya más de las manos. Con las brochas ya estoy bastante parado con la compra de una lujosa Druida, y con el suplemento de una equina para la cara. Con los jabones me he cerrado a una marca favorita en la que me permitiré licencias, y varios y buenos jabones de marcas Top con aromas a mi gusto, y las navajas para mí no tienen límite, a excepción de que cualquier nueva pieza debe superar las que tengo, es preferible calidad a cantidad.
Pero mi planteamiento real no es el económico sino el egocéntrico. Y me pregunto a menudo si lo que intento con cada compra es llenar con artículos materiales mi ego, es decir, mi pozo sin fondo con incesante necesidad de satisfacción fugaz, en vez de sentir que ninguna posesión exterior puede hacerme feliz.
Un cordial saludo. Fran GTS.