Bueno, hoy me he afeitado por segunda vez con la muestra que Fran ha tenido la generosidad de enviarme, así que paso a detallaros mis impresiones. La verdad es que con la expectación que me había creado, habría querido escribir nada más acabar de afeitarme la primera vez pero ya que este proyecto es fruto de la dedicación y de la búsqueda de la calidad no he querido ser menos, siendo uno de los afortunados con los que Fran ha contado como beta-testers; con esto en mente, he preferido esperar a un segundo afeitado para contrastar impresiones.
Tanto el primer afeitado como el segundo me los he dado con barba de dos días. En realidad lo único que ha cambiado ha sido que el primer día la cuchilla estaba nueva y hoy no. Ha habido otro matiz que ha cambiado y es que hoy he decidido buscar la gloria y he usado la misma maquinilla, pero en un ajuste más agresivo.
Los materiales han sido:
Brocha CRV Manchurian.
Maquinilla Ikon SBS por el lado de las rayitas.
Cuchilla Treet, la normal.
Espumado en suribachi.
El día del primer afeitado decidí hacer un experimento y raspé una cantidad deliberadamente pequeña de jabón. Como siempre lo hago siguiendo el mismo probado método científico (o sea, a huevo), pues no tenía ni puta idea de cuánto había cargado pero sí sabía que era poco.
La espuma que salió calculé que sí me daría para dos pasadas y comfort, siempre que le diera rienda suelta al judío que hay en mí y racanease en los brochazos. Así que en el primer pase, la barba se veía a través de la espuma.
Ahí es donde empecé a notar las cualidades del jabón. El deslizamiento de la maquinilla era muy bueno. El acolchado quizás no era idóneo, pero eso podía ser tanto por el propio jabón como, más probablemente, por lo escasa que era la espuma. El primer pase fue un visto y no visto pero lo notable fue que aún siendo la espuma muy fina, no se secó. Bien. Muy bien.
El contrapelo, aunque usé un poco más de espuma, fue muy bien también. Hubo hemoglobina, es cierto, pero todos sabéis de mi adicción al PDD y que lo persigo con ahínco. Así como en el primer pase usé el lado del peine cerrado del cabezal (más agresivo), para el contrapelo usé el peine abierto, un poco más noble.
Lo cierto es que el apurado fue muy bueno, la espuma deja ese residuo aceitoso que te permite (en realidad, te invita) a retocar así, a pelo, con lo cual no hubo ningún problema.
Una cosa que me gustó mucho fue la duración de la espuma de comfort, no se secó en el tiempo que tardé en limpiar la brocha e ir recogiendo un poco. Eso habla muy bien del nivel de hidratación de la misma.
El aroma lo dejo para después, primero, propiedades.
El afeitado de ayer lo enfoqué distinto. Mismo utillaje, la única diferencia era que la cuchilla no estaba a estrenar. Esta vez sí he cogido la cucharilla de helados que uso para cargar y he pesado lo que he cargado, han sido 2 gr. Tomando esto como referencia, el primer día calculo que cargué un poco más de la mitad.
Esta fue la primera batida:
Ya veis que va tomando cuerpo.
Tras una cucharadita de agua, segunda batida:
Otra cucharadita y aquí el resultado, en el suribachi, en la brocha y en el jeto:
Como veis, sin ser ningún artista espumando, esto tiene buena pinta y el resultado es muy, muy bueno. Hidratación, deslizamiento, residuo, todo está en esta espuma. Da confianza.
He hecho mis habituales dos pases, a favor y en contra, retocando con toda confianza. Para el contrapelo esta vez he decidido ir a por el oro y hacer el pase usando también el peine cerrado, lo cual normalmente es demasiado agresivo. Una vez más, ha habido algo de sangre, aunque mucho menos que el día del primer afeitado. Sí he notado en la cara los efectos de la cuchilla, lo que los ingleses llaman “razor burn”, esa irritación o pequeño escozor que te provoca la agresión sufrida. Pero, lo dicho, he ido a por una combinación agresiva así que no me quejo. El comportamiento del jabón ha sido buenísimo, el hecho de tener más espuma en la cara se ha notado y la maquinilla iba como sobre raíles.
Una cosa que vale la pena comentar es el alto poder cicatrizante, tanto del jabón como del after. Los varios puntos de sangre que tenía desaparecieron tras la aplicación del comfort y del after.
Hablando del comfort, ayer me estiré. Estuve unos siete minutos con la espuma en la cara y me podía haber dado otro pase tranquilamente. La hidratación y el aguante de la espuma es bestial.
En resumen: de lo poco que yo he probado, este jabón está entre los jabones de gama alta. Lo mismo me daría afeitarme con un Eufros que con un Stirling o un Barrister o un Wholly Kaw que con el Daisho.
Bien, basta de propiedades, pasemos al aroma. Lo primero: me gusta. Mucho. Lo segundo, imprescindible para que este jabón tenga algún futuro en mi casa: le gusta a mi mujer. Triunfo. Yeah. ![:man_dancing:t3: :man_dancing:t3:](https://foro.sincortenohaygloria.com/images/emoji/apple/man_dancing/3.png?v=9)
Lo tercero, pese a que los cítricos (principalmente mandarina) se notan, a mi me cuesta considerar el aroma como cítrico. Las notas dulces en mi opinión son las predominantes, los cítricos actúan como contrapunto del dulzor, y cumplen muy bien con este cometido, pero no creo que sean los protagonistas principales del aroma. Al batir en el suribachi es el único momento donde sí he notado de manera más evidente la presencia de estos. Tengo que dejar de decir “cítricos” porque me imagino que pueda entrar un negro en la habitación y me suelte esto:
![37a6cr](//sincortenohaygloria.s3.dualstack.eu-west-1.amazonaws.com/original/3X/c/a/ca6d7889f964298300beb6a979a6af35c5b69fa0.jpeg)
En todo caso no debería tomarse este jabón como el Zagara Mondial o el Extro Cosmesi Bergamoto di Calabria, por poner dos ejemplos. No penséis en un cítrico como estos porque no lo es. El pachulí está muy bien disimulado, se nota poco y es algo que agradezco, no soy fan de esa esencia, el almizcle sí que lo noto más y es un acierto.
En el after, cuya fijación - por cierto - es muy grande, se notan al final notas de menta, le da un frescor muy agradable.
En resumen, un aroma complejo, rico y agradable, no es de los que te va a perfumar el baño según abras el tarro pero sí creo que tiene potencia. Diría que es una potencia media.
Y esto es todo en cuanto al jabón, creo que he cubierto propiedades y aroma y mis impresiones son muy, muy positivas. Así que para que sea una revisión completa hace falta también pasar a lo que no me gusta: el diseño de la etiqueta.
Es cierto que no nos afeitamos con la etiqueta, pero no es menos cierto que cuando conducimos no vemos la estética exterior de nuestro coche y no por eso dejamos de buscar coches que nos entren por los ojos. En mi opinión la etiqueta no está a la altura del jabón, tal y como le comenté a Fran por privado, entiendo su necesidad, su deseo de poner el kanji ahí y también entiendo su deseo de crear su propia fuente que, además, refleja su carácter navajero. Sin embargo el kanji unido a que esta fuente suya no es precisamente sencilla hace que resulte un conjunto recargado… lo cual además a mí se me hace contrario a todo lo que yo conozco - desde luego, menos que Fran - de lo japonés, de su estética o de la búsqueda de lo bonito en lo sencillo. Hace unos días leí una entrevista con el gran actor Daniel-Day Lewis, y me quedé con una frase: “No hay nada más bonito en el arte que algo que parece sencillo. Y si intentas hacer cualquier puñetera cosa en tu vida, sabrás cómo de imposible es conseguir esa simplicidad”. Este diseño no lo es. Hay más cosas que no me gustan de la etiqueta, pero esto es lo que sobresale, en mi opinión.
Dicho lo cual:
¿Recomendaría este jabón? Sí, rotundamente sí.
¿Compraría este jabón? Sí, rotundamente sí.
¿Le veo probabilidades de éxito a este proyecto? Eso ya no lo puedo afirmar con rotundidad, pero desde luego yo se lo deseo de corazón y espero que lo consiga porque el producto es muy, muy bueno.
Una vez más, quiero agradecerle a @FranGTS la confianza depositada para enviarme esta muestra.