Tarde de viernes. Día gris, como horas antes había augurado @Foreman. Luces tenues en casa. Preludio de un apacible véspero.
Algo brilla al fondo de la habitación. Me acerco…
Oh… Pues mira qué bien. Una alemana de las güenas. Y además estilo 14, con lo que a mí me gustan, con bien sabe @Xavieiro .
¡Y con su caballito!! Esto promete. La acerco a un lugar más iluminado, y comienzan a destacar los patrones típicos de muchas placas de Kirinite, que básicamente son una oda a la belleza de lo aleatorio. Del caballo mis ojos saltan a los trazos rojos de las cachas a la altura de la espiga. Parecen describir la frenética trayectoria de una partícula cargadísima de energía, intentando desesperadamente encontrar su sitio dentro de un átomo. Mi mirada se desplaza por las cachas, y el dibujo carmesí se vuelve cada vez más prieto, más cambiante en su dirección… Es casi agónico, y, de repente…
Colapsa, en su extremo más distal, en una fulguración, caótica y liberadora a partes iguales. Frunzo el ceño, me domina mi parte solífuga, pero en poco tiempo mis pupilas se acostumbran… ¿Qué carajo es esto?
Los trazos rojos continúan aquí, pero ya más relajados, tras la “erupción” . Voy entendiendo por qué a este tipo de acrílico lo han bautizado como “solar storm” (tormenta solar). Lo giro, lo observo…
Un conjunto curioso. Plata, oro y fuego, mucho fuego. Líneas curvas, líneas rectas, orden cristalino, sinuosidad aleatoria… Todo en un único cachivache. Repito, curioso…
Aunque mi vista, sentido primario donde los haya, vuelve al oro… Pienso si acaso esto hará que rasure mejor
No lo sé, la verdad. No lo pienso probar. No me fío. He llamado a un amigo, que mostró interés, para que pase a recoger el artilugio. No quiero eso en mi casa. Temo que entre en combustión espontánea en cualquier momento.
¿No pensaríais lo mismo?
Como siempre os digo, familia, espero haberos alegrado fugazmente la vista, y, además, muchas gracias por compartir estos minutos de enajenación mental transitoria
Abrazo a todos!!