Creo que hasta ahora ninguna publicación me había hecho tanta ilusión como esta.
Mi abuelo paterno, nacido en una aldea cercana a Calda de Reis-Pontevedra, emigró a Montevideo a principios del siglo pasado, poco antes de la guerra. Vivió hasta el año 1984 en Montevideo, año en el que falleció, cuando aún yo era un niño, mis recuerdos de él son muy vagos y no supe hasta ayer que mi abuelo se afeitó con estas dos navajas durante toda su vida hasta el último día, según relatos de mi tía.
„Tía, sabes que me afeito a navaja“, ah si, me dijo, a ver, mostrame“, después de ver unas imágenes en el móvil… me mira con los lúcidos 86 años que ven casi a un hijo: como tu abuelo“, espera“…estas eran de tu abuelo, las tiene desde que yo recuerdo y las uso hasta el último día, ahora vistes porque guardo las cosas“…
Ahora tocará traerlas a la vida de nuevo, son las mejores navajas que tengo y quiero que queden impecables para poderlas usar.
Enhorabuena Santiago!! Esas navajas son como bien dices tus mejores navajas, una puesta a punto y otros 100 años más. Q suerte la tuya, yo veo imposible que me den una alegría similar a la que t han dado. Ya nos mostrarás cómo quedan y no dudo que las vas a disfrutar enormemente. Abrazo fuerte!!
Exacto, @MiKeLeoN, @Joaquin las voy a mirar a cada rato, se me hace un nudo en el garguero…ayer despedida con mi tía …hasta pronto…hoy volvemos a Hamburgo, todo está a flor de piel
Abrazo fuerte
Sin lugar a dudas las mejores… Espero que las pongas a punto y las uses hasta el último día de los proximos 100 años!! Una historia muy bonita, solo con ser consciente de que la última persona que se afeitó con ellas fue él y que cuando les devuelvas la vida el próximo serás tú ya me parece todo muy entrañable!! Disfrutalas Santiago
Te entiendo perfectamente, yo estaría igual que tu, ha tenido que ser muy bonito el momento de la entrega, no las mires mucho que aunque es gratis, se desgastan jejeje abrazo Santiago!!
Gracias @Foreman, @Boreas
Parecen ser de las antiguas, por el número vertical, las cachas y las cajas.
No sé si las trajo de Galicia o las compró en Uruguay al llegar. Cuando llegó a Montevideo tendría unos 18 años, en la misma tarde ya estaba trabajando según me contó mi padre hace años. Estimo que llegó alrededor del año 1915 a Montevideo y recién volvió a Galicia de visita luego de jubilado en los años 70’