Hola, compañeros:
Hoy os muestro una personalización llevada a cabo la semana pasada, por entregas, aprovechando huecos, tanto en el pueblo como en casa, para regocijo y curiosidad del vecindario, poco acostumbrado a ver un tío asomado a la ventana, ataviado con gafas oscuras y un respirador a lo Darth Vader, haciendo “no se qué”.
En cierta ocasión, el compañero Jorge @CRISANTO me comentó que le gustaría tener una navaja con las cachas en verde transparente. Supongo que para acompañar a su ya celebré brocha “botellón de sidra”, jaja. Yo sabía que le habían gustado especialmente las formas de mi primeras cachas en cuerno, bautizadas “Miel”. En ese instante imaginé el posible resultado y no tuve que pensar más…
Al poco tiempo me trajo una navaja HENCKELS 19, en muy buenas condiciones, pero con unas cachas negras, simplonas, no las de origen, que ni siquiera encajaban bien. La víctima perfecta.
Pues desmontamos la navaja, la limpiamos, la medimos y nos vamos al pueblo para recortar el material, una placa de metacrilato de rotulación, según el proveedor, color farmacia, que yo había comprado hace tiempo. Tal definición nos hizo dudar, tanto a Jorge como a mí, de si era o no la tonalidad adecuada. Dudas que se despejaron rapidísimamente cuando tuve el material en la mano, a la luz natural.
Tras cortar, toca perfeccionar las líneas y dar las angulaciones. Recuerdo cuando esto último lo lograba con una lija pegada al cristal de una ventana, y apoyando en la misma una cuña de madera de pino cortada a 35 grados, en el Leroy Merlin. Ahora me agencié una lijadora de disco, con bandeja regulable, que, si bien no da forma a las cosas sola, es casi como si lo fuera, jaja… la única precaución es hacer los extremos algo más grandes de lo inicialmente previstos, ya que lograr la simetría a ojo tiene su aquel, y lo habitual es tener que rectificar, y para rectificar hay que quitar material.
40° fue la cifra elegida para el biselado. El borde superior lo dejamos plano, ya que si no mermaría la superficie imprescindible para el logo.
Se acabo el tiempo, continuaremos en Gijón. Lo “difícil” ya está hecho, ahora toca lo sencillo y rutinario, aunque más costoso en términos de tiempo. El objetivo es pulir sin desdibujar las formas, para lograr el efecto joya pretendido, con las menores distorsiones ópticas posibles.
Despliego el montón de lijas sobre la mesa, la bandeja sobre la que trabajar, el recipiente con agua y acercó la lámpara buscando una iluminación adecuada. Realizo inhalaciones profundas para coger fuerzas
Al lío… Repasamos todo, cara a cara, con lija de 400, 600, 800, 1200, 3000, 5000, 7000. Ha de realizarse con mimo, sin excesivas prisas ni presiones, so pena de deformar alguna línea. Tras cada mano, me levanto, aclaro el plástico en la cocina y cambio el agua del recipiente para evitar cualquier contaminación por granos desprendidos de las lijas. Seco las cachas y las inspecciono bien ¿Todo homogéneo? Pues pasamos a la siguiente lija.
Terminamos en 7000, sonrío, objetivo cumplido, esto marcha. Ahora queda el pulido final, cuarta fase que dicen los pros, pequeño disco de algodón, eje flexible y Proxxon. Como pasta, VONAX, de Canning, muy recomendable, me ha gustado más aún que mi habitual Dialux blanca.
Vuelvo a coger aire, jajajaja… Cara a cara, y cubriendo con cinta las colindantes para proteger los extremos. Echad cuentas del tiempo necesario . Todo de pie, apoyado sobre el marco de la ventana de la cocina. La extrafalaria postura ha pasado factura a mis lumbares, palabra… Pero el resultado, a mi juicio, ha merecido la pena…
Os hablaré de los de remaches. Cuando imaginé estás cachas por primera vez, lo hice, inconscientemente, con unos pines tipo Wade&Butcher. Sabiendo que el señor @Joaquin no se anda con chiquitas, y se mueve a niveles de tornos y bañeras electrolíticas , contacté con él. Me encanta su visión lúdica de este hobby, y me hacía especial ilusión algunas de mis cachas lucieran orgullosamente sus pines. Son fantásticos, y complementan perfectamente la imagen de semi joya buscada. Gracias, Joaquín. En detalle…
Navaja montada… ¿Por qué pensé en una esmeralda en el mismo momento que la imaginé? Pues vamos a cruzar los dedos para que salga un rayito de sol y podáis verlo…
Con menos luz, sin embargo, adquiere una tonalidad verde botella y la zona del separador se torna oscura, pero brillante y enigmática…
Tampoco quiero dejar de mostrar la hoja, básicamente porque para lograr el brillo que este diseño pide a gritos, fue necesaria, al día siguiente, otra buena tanda de pulido a la ventana. Se consumieron dos discos de fieltro de 22 milímetros y un poquito de pasta gris de DIALUX.
LOGO. Por la profundidad de incisión, se podría decir que el paraguas está grabado, y el escudo fresado. Para este último hay que remover bastante más material, y es un poco una lotería que el plástico se queme o no, incluso con taladrina. Estuve investigando y parece que funciona muy bien utilizar aire comprimido para la refrigeración. Como podéis imaginar, esas cosas no son baratas, así que tenté a la suerte con un apaño casero, utilizando el aspirador en modo soplador y adaptando una boquilla pequeña, fijándola con una mordaza para que apuntara directamente a la zona de grabado. Y FUNCIONÓ
No tuve ocasión de probarla sobre el terreno, pero me transmite muy buenas sensaciones ese acero.
Como muchos supondréis, no solo la parte del separador tiene fantasía, aquí la elegida es una una fotografía que Google me envió editada de manera automática. Se pueden apreciar los recortes y angulaciones en la zona de la espiga. Pocos milímetros cuadrados, pero precisaron de los mismos 7 granos de lija, y de enmascarar la zona con precisión para el pulido.
Dada la navaja que es, pedía una foto con Color Splash, al más puro estilo Alejandro @BARBERO
Como siempre, compañeros, muchas gracias por llegar hasta aquí. Espero que os haya gustado por lo menos la mitad que a mí, me tiene enamorado el conjunto de formas, tonalidad, transparencias… Decididamente barroca pero aún así con un aire sobrio y distinguido… no descarto “tallarme una Esmeralda” para mí.