Aquí hago una presentación de esta interesante navaja. Los productos soviéticos, al menos hasta los 80 se hacian para durar, sobrios y prácticos. En este caso con un gravado en la hoja que le da un punto muy especial, una licencia a la estética, aunque también es una forma de loar los logros del sistema, como la construcción del puente. Otras navajas soviéticas tienen imagenes de artilugios espaciales, que vienen a significar lo mismo. En tiempos de los romanos una casta sacerdotal, los pontifex, se encargaban de apaciguar a los dioses que eran los rios, cuando los humanos decidian “burlarlos” mediante un puente. Hoy los humanos nos creemos más que dioses, y hemos olvidado el respeto hacía las fuerzas de la naturaleza. El Sumo Pontifice recibio ese nombre por representar ese papel de mediación entre “ambos” lados, ambas orillas de un camino que solo conocemos en un solo sentido.Los puentes por tanto son un símbolo de la victoria de los humanos sobre la naturaleza, victoria en ocasiones humillante, inconscientes de que el daño que inflinjimos al mundo nos daña aún más a nosotros. Esta y otras reflexiones que vierto en el hilo del afilado, me las ha traido la navaja. Saludos, extendidos en el otro hilo.
Muy chula. Me encanta todo lo que tiene que ver con la industria soviética, me parece fascinante, especialmente lo que se refiere a relojes y cámaras fotográficas.
Gracias Pedro, el sistema de producción soviético tiene algunas curiosidades interesantes. No lo he mencionado para no alargarme, pero el puente fue construido por los Komsomol, Комсомол, de Коммунистический союз молодёжи, en idioma fácil; Unión comunista de la juventud. Una organización que llego a tener más de 40 millones de afiliados, y que despues de la Gran Guerra Patria, pero sobre todo de los 60 a los 80 se encargaron de sacar adelante obras públicas de envergadura. La más importante el Ferrocarril Baikal-Amur, más de 4000 km de vías clavadas en el permafrost siberiano. La obra se empezo en los años 30 con presos políticos, que murieron a miles. Una obra asi no se podía hacer con asalariados, o te iba la vida en ello, o bien la devoción y el servicio a la patría eran de una fortaleza sin igual. Los jovenes del Komsomol se aplicaron a la tarea y de forma voluntaría llevaron a termino una obra colosal.
Los rusos, los soviets, tenían muchísimos artículos de mucha calidad. Lamentablemente los controles de calidad eran de aquella manera, lo cual daba lugar a que dar con la unidad buena fuese una lotería; por otra parte, si tenías suerte y te llevabas un buen artículo, era una maravilla. Uno de los mejores objetivos que tengo es un Helios 44-2, si sabes usarlo bien es una verdadera joya.
A fin de cuentas no olvidemos que los rusos pusieron y operaron la MIR ahí arriba durante muchísimo tiempo, y cuando vino la hora de sacarla de circulación, y todo el mundo occidental les ridiculizaba y nos animaban a ir con el paraguas abierto por la calle, en previsión de que se nos cayera encima, pues lo hicieron sin el más mínimo fallo.
Eso les pasaba también con las cámaras, por ejemplo. Si te toca una Zorki o una Kiev “de las buenas”, tienes máquina para toda la vida.
Correcto. Ese Helios iba enganchado a la Zenit E con la que mi padre hizo sus mejores fotografías.
Por ahí tengo yo arrimada una Zenith con un Helios enganchado, no recuerdo el modelo (la fotografía analógica la tengo bastante abandonada). Eso sí, la cámara va como un tiro, un ladrillaco de auténtico hierro soviético con el que igual sacas un fotón como te partes unas nueces 
