Hola, compañeros:
La restauración/modificación de hojas es para mí una tarea necesaria en muchos casos, pero con la que no termino de disfrutar. ¿Por qué? Porque no tengo herramientas para llevar a cabo lo que se me pasa por la cabeza con respecto a los aceros. Hice un par de intentos y aprendí la lección, no vuelvo a forzar a mis queridísimas Proxxon. Así que trabajar los aceros para mí no deja de ser sota caballo y rey, limpia, corta y pule. No hay más. Le dedico el mínimo tiempo posible y no suelo extenderme con ello en los hilos que abro.
Pero haré una excepción. Dos motivos. El primero, que realice el grueso de la restauración con una “dremel” y varios accesorios, al alcance de cualquiera. El segundo, que, visto lo visto, ninguna Filarmónica merece que se la deseche, jaja…
Nos ponemos en situación…
Principios del año pasado, empieza a rondar por mi cabeza la idea de hacer unas cachas incorporando los colores y el logo de este foro, a modo de homenaje a un lugar donde disfruto y aprendo bastante.
En Marzo, abro con ilusión un paquete remitido por un compi del foro, y me encuentro con una nota que decía algo así como " A ver qué puedes hacer con esto ". Entonces me centré en la responsable del fuerte y particular olor que desprendía aquella caja. Afortunadamente, el jabón que la acompañaba venía bien cerrado, jejeje…
Dentro de una funda muy deteriorada y casi opaca, se atisbaba lo qué un buen día había sido una Filarmónica 14, antes de reposar décadas en la bodega de un navío naufragado. Porque yo tengo clarísimo que eso es lo que había pasado
Imaginaos esa imagen acompañada de un penetrante olor a desguace y sumadle el tacto de unas cachas parcialmente descompuestas. Sin embargo, me hacía ilusión ver aquello. Por el DETALLAZO y por el momento en el que llegó.
Dualismo total. Por un lado tenía delante una navaja por la que, de encontrarla en un rastrillo, no pagaría ni un euro. Sin embargo, también era una navaja prestigiosa y regalo inesperado de un compañero, lo que la convertía en la percha perfecta para vestir las “cachas del foro” que me rondaban por la azotea… Si resultaba utilizable, claro, y eso era algo que yo dudaba seriamente.
Yo pensaba… O este @manolo es el tío más optimista del mundo, o directamente me quiere hacer la puñeta, jajajaa…
MANOLO, GRACIAS.
Pues manos a la obra. Por partes.
1- Vamos a intentar remover todo el óxido posible , no mantenerlo ni transformarlo, con lo que lo idóneo es dejarlo sumergido en un producto como el WD-40 para que todas la herrumbre se reblandezca, o salte en algunos casos.
Tras varios días…
Antes de empezar a trabajar el metal en serio, fundamental rebajar el filo hasta que sea uniforme y consistente. Lo normal en piezas tan vaciadas y oxidadas es que el filo se encuentre debilitado hasta el extremo, con multitud de pequeñas mechas que, al menor contacto pueden multiplicar su tamaño. Así que lijaremos el filo, manualmente, con cuidado, y utilizando un grano fino, por la misma razón. Grano 360 de lija al agua para metales sería muy adecuado.
Ahora necesitamos un mini taladro, una “dremel” de toda la vida, y, a poder ser, un soporte para poder dejarla fija y trabajar sobre ella moviendo nosotros la navaja. Acompañaremos con los siguientes útiles.
2- Limpieza en profundidad. La realicé de manera progresiva, a mi juicio es como se obtienen los mejores resultados. Comenzaremos con, por ejemplo, un cepillo de dientes (1, no está en la foto) con las cerdas recortadas para aumentar su firmeza y poder abrasivo. Sobre una cubeta, la navaja empapada aún en WD-40. Volvemos a sumergir la navaja en el WD40 y repasamos toda la superficie con el cepillo circular de acero (2), en este caso el original de Proxxon. Posteriormente, secamos el acero y le damos caña con los útiles de silicona abrasiva también de Proxxon (3). Aunque en la foto aparece el disco también utilice el que tiene forma de bala, adecuado para limpiar las zonas con picaduras de óxido. Para repasar las estrías de la espiga, encuentro los accesorios de silicona demasiado blandos, y prefiero los de caucho rígidos, así que opté por un disco lenticular de EveFlex (4). Aquí una pequeña prueba, para hacerme una idea de si el hierro sería recuperable o no. había pasado aproximadamente una semana sumergido, y, la verdad, me dio esperanzas. Los números indican el material utilizado.
3- Corte/reconstrucción de la punta. Sin mucha ciencia. Aquí se agradece tener la herramienta fija y las manos libres y con guantes. A tener en cuenta el sentido de giro del disco de corte (5) y la temperatura. Mi consejo, utilizar lubricante y cortar la pieza en varias veces, evitando el sobrecalentamiento. Lógicamente la punta de la navaja queda totalmente recta, así que le damos forma, simulando la que tenía originalmente, con ayuda de la muela (6) y el tambor de lija (7). Todo de Proxxon. Luego iría el tratamiento de superficie, con lo que pasamos de esto…
A esto…
4- Tratamiento de la superficie. Como podréis imaginar, está navaja una vez quitamos el óxido, está llena de irregularidades y alguna que otra picada. Ahora intentaremos, en cierta medida, alisar la superficie. Las fresas cilindricas elásticas nos vienen muy bien, dada la forma de las navajas. EveFlex dura (9) para el prepulido y el set de Proxxon (10) para abrillantar, primero el rojo y luego el verde, que es finísimo.
La zona vaciada decido dejarla cepillada utilizando un rodillo abrasivo grano 320 (8) que que ahora mismo no recuerdo donde compré. Ya editaré con un link. Dos motivos. El primero, me gustan mucho las hojas así, cepilladas y sin sello. Por otra parte, el metal estaba tan deteriorado que si buscaba una superficie perfectamente lisa y pulida a espejo, me iba a quedar sin material.
5- Pulido final. Aquí la dremel se eterniza y queda un pelín pequeña, ya que me gusta aplicar cierta presión. Pues nada, si no tenemos pulidora, nos vale perfectamente una amoladora de banco de 30 € del carrefour, a la que coloquemos un fieltro. O un simple taladro, con un adaptador y el susodicho fieltro. Yo seguiré recomendando la pasta DIALux gris, pero si cogéis la Wolfcraft azul, tampoco se hunde el mundo. Protegemos la zona vaciada, que queremos conservar satinada, con cinta especifica ( Kapton o alguna genérica de calidad) y a darle…
Así que, meses después, a finales de Agosto, fotografía con las últimas luces del día el resultado de una entretenida tarde. En segundo término, la Iberia 13 de @CRISANTO que recibió un tratamiento parecido, aunque el punto de partida era mucho mejor, jeje…
Las comparaciones son odiosas, pero en cierto modo me frustra que en una tarde pueda restaurar varias hojas, pero me hagan falta varias tardes para hacer unas cachas como las que montará.
6- Afilado. La semana pasada. Redondeo la punta y el talón con la piedra de diamante, y así lo utilizando piedra azul belga, para terminar con la pasta y el cuero del asentador Livi que me ha prestado @MrBrush . Seguramente, el cuero que trabaja más y más rápido de cuantos he probado.
7- Colocación de cachas. Las hice simultáneamente a las de la rifa del foro, adaptadas en dimensiones y angulaciones a esta hoja en particular. Pero, a la hora de grabarlas, tuve un error con la marca y el logo quedó descentrado hacia la parte inferior de la navaja. Por ello, no las monté, preferí hacer otras desde cero. Pero como a este paso me darían las uvas, literalmente, antes de ponerme a ello, dediqué las noches de viernes y sábado, una vez dormida la parienta, a lijar y pulir como un puñetero trastornado. Además, ahora parece que ya me molesta menos lo del logo desplazado.
Taaaaachán…
ABRAZO fuerte, que os lo merecéis, después del ladrillazo!!
eso si que es rescatar una navaja, yo pensaba que nada mas meterle mano, la hoja se haria añicos 
