Esta revisión trata sobre la Fatip Piccolo Special Edition
Introducción
Hoy pongo en el foco una maquinilla de afeitar Italiana, la Fatip Piccolo. Y no es una Piccolo normal (que también existe) pero es la versión especial, la Special Edition (SE). Fatip es una marca que nació en 1980 de manos de Ilario Fazzini, un artesano de Premana.
Este artesano hizo renacer a los modelos de maquinillas que ya existían desde los años 1950. En ese período de renacimiento económico en Italia, en Milán se produjeron las maquinillas que hoy encontramos en Fatip. Se desconoce el nombre de la marca de aquella época pero lo que sí se sabe es que después de unos años, la compañía tuvo problemas económicos y se vendió todo (diseños, maquinas, stock, etc) a una compañía de tijeras artesanas.
Esta compañía continuó unos cuantos años más con la producción de las maquinillas de afeitar pero paró de producirlas al cabo de unos años. Los modelos volvieron a salir a la luz cuando Ilario Fazzini utilizó estos diseños para volver a producir maquinillas de afeitar con su compañía Pafaro en Premana. Y aquí también encontramos la explicación del nombre Fatip.
Fatip es un conjunto de Fazzini Teresa Ilario Paolo. Teresa y Paolo son los hijos de Ilario Fazzini. En el logo de Fatip también encontramos lo que parece ser una “d”y una “p”. En verdad son dos “p” de la que una está invertida por razones estéticas (estos Italianos con su estética…) y son las iniciales de la compañía de Ilario Fazzini, Pafaro Premana. En Premana hay mucha artesanía de herramientas de corte. Lo podemos comparar con Solingen pero sin el acero. Hasta aquí el aperitivo histórico. Ahora le toca a la maquinilla!
Construcción
La Fatip Piccolo SE es una maquinilla de tres piezas hecha de latón fundido en moldes y recubierta con un niquelado negro (mango y tapa) y dorado (placa base). Esta edición especial no solamente tiene este color diferente (la Piccolo normal es cromada) pero incluye dos placas base. Una con peine cerrado y una con peine abierto. Esto ofrece más versatilidad al usuario.
Material: Latón
Peso total: 70 gr
Peso mango: 45,8 gr
Peso cabezal: 32,9/32,6 gr (cerrado/abierto)
Longitud total: 80 mm
Longitud mango: 71 mm
Diámetro mango: 10 mm
Altura tapa: 4,23 mm
Gap: 0,33 mm (cerrada)
Exposición: Neutra
La parte superior de la tapa nos saluda con un niquelado negro que brilla un montón. La parte superior no nos muestra muchas cosas, solamente vemos una curvatura reducida, la altura de la tapa es de solamente 4,23 mm. Más vistoso es el interior de la tapa.
En el interior vemos la rosca central y dos guías que casi son tan largas como la misma rosca central. Esto es uno de los elementos característicos de las Fatip, las guías largas que traspasan la placa base y tienen una terminación esférica en su punta. Todo esto le da un aire “Vintage” a las Fatip.
Si observamos la parte inferior de las dos placas base, vemos que las partes centrales son iguales. Tres agujeros con el mismo diámetro (5 mm) para rosca central y dos guías. Además vemos el logo de Fatip en un lateral de la placa base. Los peines sí son diferentes. El peine abierto tiene 13 dientes de cada lado donde el peine cerrado solamente tiene dos barras sin soportes internos. O eso parece…
Porque cuando le damos la vuelta a las placas vemos que las barras del peine cerrado también tienen dientes. No es un peine con dientes abiertos pero los dientes que tiene son lo suficientemente altos y están suficientemente separados para dejar entrar la piel que, al final, es lo que hace un peine abierto real. Es una clase de híbrido que separa la piel del filo mediante los dientes pero ofrece acercamiento mediante el espacio entre estos dientes.
El peine abierto tiene unos dientes curvados hacia abajo siguiendo la forma de la placa base. Las dos placas base tienen forma “Tech”. Ese modelo que tiene una placa base con curvatura moderada que ofrece un ángulo de corte moderado también y un muy amplio plano de afeitado.
El acabado es mixto. El niquelado está muy bien hecho y el detalle de la marca en el fondo de la tapa está muy bien. Pero en algunas piezas se nota que el moldeado del latón fundido no ha quedado del todo bien. También puede ser que la preparación de las piezas antes de ir al niquelado, deja algo que desear. Se ven marcas en los laterales de la tapa y de la placa base cerrada. La placa base abierta no tiene estas marcas.
Del resto se ve un acabado bastante decente. No hay partes afiladas que molestan al pasar la maquinilla por la piel y los agujeros están todos bien biselados por los dos lados. Aunque en su interior sí que se ve algo de marca del moldeado.
Las tolerancias están muy bien para la clase de material y método de producción que se ha utilizado. Todo encaja bien y tengo que alabar la acción de (des)enroscamiento del mango. Muy fluido y ajustado.
En algunas publicaciones se ha dicho que las maquinillas de Fatip pecan de desalineamiento de la hoja en su cabezal. Yo tengo varias maquinillas Fatip y nunca he notado una desalineación de ninguna clase. No puedo decir que no exista, solamente comparto la experiencia que yo tengo con mis 4 Fatip. Ninguna sufre de este mal. Lo que sí que he visto en una otra fueron las marcas laterales de las que hablé antes. Y hay otra cosa extraña que comentaré más adelante.
La forma del cabezal y del peine sigue las formas de las “Tech”. Curvatura moderada para ofrecer un plano de afeitado amplio con un ángulo de corte reducido. Un peine abierto clásico con muchos dientes pero poco anchos para que la piel pueda entrar y al mismo tiempo no se deshaga el plano de afeitado. Los laterales de la cuchilla no quedan completamente cubiertos porque la tapa es un poco menos ancha que la placa base.
El peine cerrado ofrece más separación del filo de la piel mediante un punto de contacto más adelantado. Este punto de contacto tiene los dientes de los que hablamos antes que ofrecen un plano de afeitado amplio también pero ofreciendo una opción de aplicar presión para poder acercar la piel un poco más. Esta última opción a mí no me convence mucho pero hablaremos más sobre eso en el apartado del afeitado.
Puntuación: 13
Material: 3
Acabado: 3
Tolerancias: 3
Forma Cabezal/Peine: 4
Agarre
A mí no me gustan los mangos pequeños. Dejadme explicar eso un poco más. Primeramente, me gustan los mangos largos. Si hay donde elegir, siempre me decanto por más longitud. Segundamente, me gusta que un mango tenga un diámetro donde puedas ejercer el máximo control. No demasiado grueso pero definitivamente no demasiado fino.
Este mango es corto y fino. Además tiene un acabado que se vuelve resbaladizo cuando se moja. En seco el agarre está bien porque las finas rayas que tiene el mango como moleteado funcionan para añadir fricción.
El agarre se realiza con el pulgar, el índice y el corazón. Más sitio no hay para albergar más dedos. El pomo no se puede apoyar en el anular porque el ángulo del mango, al agarrarlo con tres dedos, no lo permite.
El confort no está mal. El tacto es agradable aunque resbaladizo cuando mojado y las rayas finas están bien acabadas para no molestar…ni ofrecer mucho relieve.
El control sobre la maquinilla no es fácil. Con un mango tan corto, cambiar de posiciones de agarre es una tarea complicada. El agarre invertido es como agarrar un bolígrafo muy pesado y el agarre horizontal crea desequilibrio por el cabezal.
Lo que sí funciona muy bien es el deslizamiento del cabezal. El material de recubrimiento se vuelve una pista de hielo al mojarlo y lubricarlo con una buena espuma. Lo que en el mango es una desventaja, en esta situación es una ventaja. También los dos planos de afeitado amplios contribuyen a un deslizamiento son problemas.
Puntuación: 11
Seco/Mojado: 2
Confort: 3
Control: 2
Deslizamiento cabezal: 4
Manejo
Este es otro apartado donde tengo el alma dividido. La maquinilla no es pesada (70 gr.) y tiene el punto de equilibrio en un sitio que tiene sentido lógico. Debería dar una sensación de manejabilidad ligera y ahí es donde yo creo que la lógica no siempre se traduce a la práctica.
Empecemos por el punto de equilibrio. El punto de agarre más intuitivo sería utilizando el rebaje circular que tiene el mango debajo del cuello. Las rayas finas del moleteado nos proporcionan fricción para limitar el movimiento sobre el eje de la maquinilla. Este rebaje limita el movimiento a lo largo de ese mismo eje. Nos ofrece más control sobre la maquinilla.
Pero ese punto de agarre se encuentra muy cerca del cabezal y nos condiciona a la hora de mantener las manos limpias y secas para mantener un agarre adecuado sobre el mango precioso pero resbaladizo y con poca superficie.
Si colocamos el pulgar y el índice en un punto por debajo de esa anilla superior nos acercamos más al punto de equilibrio natural de la maquinilla. En esta posición yo también puedo utilizar la anilla inferior con el corazón.
Pero en ese punto de agarre el cabezal empieza a cobrar protagonismo. Este mango, con sus dimensiones reducidas, crea un equilibrio teórico que después no se traduce al completo a la práctica. No es una pareja de baile complementaria para este cabezal que, aunque no es pesado en términos generales (sobre 32 gr.) sí que lo es dentro de esta configuración donde supone casi un 50% del peso total de la maquinilla. Cualquier cambio de posición se va a multiplicar exponencialmente porque este mango no tiene envergadura para mitigarlo.
Y hablando de peso podemos repetir casi lo mismo que para el equilibrio. La maquinilla no es pesada si la comparamos con otras maquinillas de latón. Pero eso es si solamente miramos la cifra del peso. En la práctica, el cabezal casi siempre es el que guía los movimientos. A mí esta maquinilla me da la sensación que el mango solamente existe para poder agarrar el cabezal y no como conjunto íntegro de la maquinilla como unidad. Esto resulta en una maquinilla que parece mucho más pesada de lo que realmente es y un cabezal (de dimensiones y características “comunes”) que demanda más protagonismo de lo que realmente necesita.
En el tema de la seguridad esta maquinilla se posiciona en un aprobado. La tapa no cubre toda la cuchilla (en los laterales claro…no voy a decir yo que tiene que cubrir todo el filo…) y eso condiciona el agarre de la tapa con la cuchilla a la hora de cambiar la cuchilla. La tapa tiene una cierta longitud que al colocar la cuchilla tenemos que incrementar para poder sujetar la cuchilla. Esto quiere decir que nuestro agarre sobre estas dos piezas, disminuye. La colocación de la placa es fácil por las guías largas. Pero esas mismas guías largas también dificultan (un poco) sacar la cuchilla de su sitio.
Algunas maquinillas casi no hace falta limpiarlas. No se manchan mucho o camuflan muy bien los restos que pueden quedar en sus superficies. Esta maquinilla no es una de esas. El recubrimiento es muy bonito pero hay que mantenerlo limpio para que pueda ser bonito. Las placas base tienen una parte central muy fácil de limpiar pero unos peines que no son nada fáciles de limpiar. Con la tapa, otro tanto. La parte exterior se limpia perfectamente pero la interior con ese triplete de torres, no invita a la limpieza fácil.
Puntuación: 12
Equilibrio: 3
Peso: 3
Modelo/Seguridad: 3
Limpieza: 3
Afeitado
Ya os puedo decir que este apartado es el apartado con mejor puntuación de todos para esta maquinilla. Para mi eso es un dato muy importante porque, en resumidas cuentas, este apartado nos presenta con el resultado que ofrecen todos esos elementos individuales anteriores, cuando se juntan y trabajan en conjunto (o no).
Esta maquinilla tiene dos placas base y las dos ofrecen un comportamiento completamente diferente. La placa cerrada nos ofrece un peine que separa mucho la piel del filo. Eso resulta en un apurado poco eficiente. Jugando con la presión se puede introducir un poco más de piel entre sus dientes pero no es lo ideal. Esta placa casi te obliga a hacer un afeitado con un apurado modesto pero con mucha protección.
La situación cambia con la placa abierta. El apurado es muy eficiente con esta placa. El gap no es monstruoso, la exposición no destaca y no es que tenga pocos dientes para crear un plano de afeitado poroso pero sí que ofrece apurado por un tubo. Hay gente que tilda esta maquinilla de agresiva. Yo no comparto esa opinión. Creo que es eficiente pero también creo que ofrece esta eficiencia con sentido práctico. Gap muy reducido, buen plano de afeitado y un ángulo de corte reducido. Si te empeñas, te harás un corte pero usándola con tranquilidad es una apuradora de lo lindo.
El cabezal no es súper voluminoso y tiene todos las aristas y esquinas bien terminadas. Se puede pasar sin problema por cualquier parte de la piel. Lo que disminuye esta capacidad de control sobre el cabezal en sitios difíciles, es, nuevamente, el mango.
Cambiar de ángulo de corte, por ejemplo debajo de mi mandíbula donde yo tengo que acercar el mango más a la piel para que el cabezal pueda mantener su ángulo de corte, no es fácil cuando no tienes mango donde poner los dedos cómodamente. Uno se arregla cambiando de pases pero sigue siendo complicado.
En el cabezal cerrado la elección de la cuchilla influye más que en el cabezal abierto. En el cabezal abierto la Derby se comportó bien. Nada de tirones y un afeitado bueno. El cabezal cerrado a mí siempre me propone la misma pregunta. Uso una cuchilla más afilada para aprovechar al máximo la reducida eficiencia que tiene o utiliza una cuchilla más permisiva donde puedo aplicar algo de presión? Qué hago? Aún no he encontrado la respuesta definitiva y eso en si, también es una respuesta definitiva. La respuesta correcta es, utiliza el peine abierto con la cuchilla que quieras JM.
Dentro de este modelo de maquinillas de afeitar considero que la Fatip Piccolo SE es una maquinilla indulgente. La placa cerrada lo borda y la placa abierta nos ofrece suficiente margen para poder apurar muy bien con relativa tranquilidad. Pero vuelvo a decir, son dos mundos completamente diferentes. La placa abierta incrementa la eficiencia varios escalones en comparación con la placa cerrada. Es como utilizar una Rockwell 6 con placa 1 y con placa 6. Son extremos opuestos.
Puntuación: 15
Apurado: 5
Control cabezal: 3
Prueba Derby/cuchilla influye: 3
Indulgente: 4
Calidad/Precio
Las maquinillas Fatip siempre me han parecido bonitas. Me encantan las guías que forman un elemento tan reconocible y le dan un toque antiguo a estas maquinillas. También el recubrimiento con sus dos colores contrastantes me parece un acierto total. Es una maquinilla que destaca en lo estético. Pero la estética no solamente se determina por materiales y colores. También se determina por formas y ahí el mango corto, para mí, le resta un punto.
Creo que la maquinilla ofrece mucho valor por el precio. Una estética cuidada, buena construcción y dos placas que no se solapan. Al mismo tiempo este último elemento también le resta mucho a la maquinilla en términos de recompensa. Para mí, la placa cerrada no tiene mucho sentido. Y me puedo imaginar que para otro la placa abierta es la que no tiene sentido. Aplaudo el hecho que Fatip haya creado un conjunto que tenga variantes opuestas pero en este caso, quizás se pasaron un poco.
Los valores de estas maquinillas no creo que suban mucho con los años. Con materiales modestos, funcionamientos polarizados y diseños de toda la vida, estas maquinillas no tienen muchos triunfos para incrementar su precio a lo largo de décadas. Creo que sí que habrá un mercado para esta maquinilla en particular por su estética y el hecho que ofrezca las dos placas pero poco más que eso.
Podría yo vivir con esta maquinilla el resto de mi vida? No es un sí rotundo pero tampoco es un no completo. La placa abierta me ofrece un buen resultado y, aunque el mango no me guste, lo que sí que logra esta maquinilla es retarme a usarla de una manera práctica. Me obliga a repensar mi posicionamiento dactilar. Eso sí que me gusta y por eso la podría incluir de vez en cuando en la rotación. Par avivar las neuronas y crear caminos cerebrales nuevos donde no los había. Por algo tengo cuatro Fatips en mi colección.
Puntuación: 9
Estética: 4
Recompensa: 2
Valor en 25: 1
Única maquinilla: 2
Conclusión
La Fatip Piccolo SE es una maquinilla bonita más que nada. Además ofrece dos placas diametralmente opuestas que cambian el carácter de la maquinilla considerablemente. Estas dos cosas son ventajas en mis ojos. Esta maquinilla te hace una propuesta muy clara y definida, no anda con tapujos.
De otro lado podemos decir que esa estética viene a un cierto precio. El recubrimiento es algo resbaladizo y el mango compacto crea una maquinilla que se parece más a una joya que a una herramienta. Las dos placas quizás tampoco tengan mucho uso para todo el mundo ya que son tan diferentes que si te va bien una, sería raro que la otra también te vaya igual de bien.
Y, sin embargo, estas Fatip en general y esta Piccolo SE en especial, son maquinillas que mucha gente sigue utilizando porque en el afeitado es donde brillan. La placa abierta es una copia de un diseño que tiene un siglo pero justamente por esa evidencia, sigue siendo relevante. Simplemente funciona y eso para una maquinilla de afeitar es esencial.
Cuando hice la revisión de maquinillas económicas, esta Fatip quedó en mi Top 3 personal y, dentro de esa categoría de maquinillas creo que es una posición muy honorable. Si te gustan las maquinillas con aire “Vintage” (diseño centenario), una estética cuidada (Italiana, como no…), un precio ajustado (material y producción) y un comportamiento competente (a según la placa que te funcione), estas Fatip son una propuesta muy seria y esta Piccolo SE una de las mejores.
Puntuación final: 60 puntos