Esta revisión trata sobre la Tatara Muramasa.
Introducción
Hay maquinillas que llaman mucho la atención y, consecuentemente, las revisiones generan mucha expectación. Tengo la sensación que eso es el caso con la Tatara Muramasa. Una maquinilla con un precio que se puede considerar de nivel alto en el afeitado clásico. Una maquinilla ajustable. Una maquinilla con unas hermanas, la Masamune y Nodachi, que tienen una reputación buena y un funcionamiento ejemplar. Esto todo crea expectaciones.
Cómo voy a enfocar esta revisión? Teniendo en cuenta su nombre de familia y lo que eso representa y el precio que Tatara pide por ella, quiero asumir que su puntuación y valoración personal se va a decidir en los detalles. Seguro que todo lo básico lo hara muy bien. O no?
Construcción
La Muramasa es una maquinilla ajustable de tres piezas hecha de acero inoxidable 316L mediante mecanizado CNC con una terminación manual. Tiene una finalización satinada (bead blasted) y es completamente producida en Portugal.
Peso: 105 gr
Longitud total: 88,2 mm
Longitud mango: 81 mm
Diámetro mango: 11,7 mm
Altura tapa: 4,6 mm
Gap/Exposición:
Los creadores de la Tatara Muramasa tienen mucha experiencia en diseño técnico y el uso de maquinas CNC. Esto garantiza un acabado y unas tolerancias excelentes. Después han incluido pasos manuales en la creación de esta maquinilla y el resultado final se ha beneficiado de eso. Esto ya lo esperábamos pero cumplen y eso es digno de elogio.
El diseño se basa en la idea de la maquinilla unificada. Los chicos de Tatara no querían crear diferentes piezas pero querían formar un conjunto íntegro. Esto tiene ventajas y desventajas. Una ventaja es que puedes controlar todos los elementos de la maquinilla. Por su construcción unificada, no es posible utilizar otro mango por ejemplo. El creador determina cuales son los mejores elementos para el afeitado y los integra en su diseño para tu uso sin cambios. Una desventaja puede ser que lo que el creador piensa que es perfecto para el afeitado no lo es para TU afeitado. Es una desventaja que hay que tener muy en cuenta.
Siendo una maquinilla ajustable es muy fácil cambiar el carácter de esta maquinilla. Tiene un dial justo debajo de la placa base con una ventanilla que está inspirada en la ventanilla que indica la fecha en la esfera de un reloj. Es una ventanilla algo pequeña pero los números están bien marcados y son muy legibles. Al ver la posición de la apertura uno también percibe cual es la posición usada.
El sistema de regulación es muy interesante. Normalmente, las maquinillas regulables contienen una tuerca de alguna forma que sube o baja la placa base. La tapa va fijada al mango y subiendo o bajando la base se modifica el gap ofreciendo un espacio más amplio para que la piel se pueda acercar al filo.
Al modificar el gap, también se modifica el ángulo de corte y la exposición de la cuchilla. El plano de afeitado de una maquinilla siempre está formado por los puntos extremos de la tapa y del peine. Si dibujamos una línea entre esos dos puntos, visualizamos el plano de afeitado. Cuando apoyamos la maquinilla sobre la piel, usamos ese plano. Dentro de ese plano vive la cuchilla y la cuchilla puede asomarse más o menos a través de ese plano. Si se asoma por fuera de esa línea. Hablamos de exposición positiva y si se queda por detrás de esa línea tenemos una exposición negativa. La tercera opción es que el filo se encuentra justo en ese plano de afeitado. En este caso hablamos de exposición neutra.
Por qué tanta explicación sobre la exposición? Pues porque la exposición es el elemento de la geometría de un cabezal que más va a cambiar el carácter del afeitado. Con una exposición negativa no vamos a sentir la cuchilla. Con una exposición positiva la vamos a sentir más. Pero hay más elementos importantes en la geometría. El segundo más importante es el ángulo de corte. El ángulo de corte es el ángulo que la cuchilla tiene con respeto a la piel cuando la maquinilla se encuentra en la posición correcta del plano de afeitado. O sea, cuando nosotros posicionamos la maquinilla en la piel y esa línea entre los extremos de la tapa y peine tocan la piel por igual, la cuchilla esta a un cierto ángulo con la piel, lista para ejecutar pelos.
Y aquí es donde se diferencia la Muramasa de la mayoría de las maquinillas regulables. La Tatara no modifica el gap activamente, donde las otras sí lo hacen. La Tatara actúa sobre exposición y ángulo de corte e indirectamente sobre el gap. Y cómo lo hace?
La maquinilla viene con su llave para desmontarla. Con esta llave podemos acceder al sanctum sanctorum de la maquinilla, su mecanismo de regulación. Los de Tatara han creado un sistema ingenioso y muy compacto. El sistema se acciona con un dial que está situado por debajo de la placa base. En la parte superior del dial hay dos tetones que se introducen cada uno en un canal medio-circular en cada una de las partes inferiores de la placa base. Estas dos partes se pueden mover independientemente, no están unidas pero están encajadas en la parte de la placa base que contiene la base para fijar la cuchilla.
Como se puede ver, los semi círculos no están centrados. Están colocados a unos grados fuera del centro. Este descolocamiento es el que provoca el movimiento de estas dos placas. En el momento que accionamos el dial, los tetones van separando o juntando las placas por el trayecto del semi circulo. En un extremo los finales del trayecto están más lejos uno del otro y en el otro extremo están más cerca. El gap se modifica indirectamente porque el peine está colocado a un ángulo. Al retroceder el espacio entre el peine y el filo incrementa. Un sistema muy ingenioso, compacto y elegante.
Los acabados son muy buenos. Detalles como la “T” de Tatara como rebajes en la placa base para las guías de la cuchilla, el logo de Tatara y el nombre de la maquinilla grabado en la parte inferior de la placa base, los rebajes en el peine parecidos al “hamon” japonés, rebajes para los dedos en los laterales para facilitar cambio de cuchilla y aún así cubriendo la cuchilla por entero. Es una maquinilla que cuida los detalles. No es de brillo y formas extremas, es de funcionalidad conservadora.
Eso también se ve en la caja. La caja viene con un trozo de corcho en su interior para empaquetar la maquinilla. Conociendo la producción de corcho de Portugal me parece un toque bonito y práctico. Lo que sí quiero mencionar es que el corcho y el folleto que venían en mi caja olían muy mal. Siguen oliendo mal. Un olor muy rancio a pies o a queso azul del bueno. Es un detalle y no sé si solo es la mía o es así para todos. La maquinilla no huele a nada.
Las tolerancias están muy bien trabajadas. Tatara dice que aseguran tolerancias de 0,02 mm y los creo. El cilindro que sobresale del mango contiene la tuerca para enroscar en la rosca de la tapa. Al introducir este cilindro en el agujero de la placa base se nota que encaja perfectamente.
Al enroscar casi no se nota que uno esta enroscando. Tiene una acción súper suave pero sólida. Utiliza las misma rosca semi cuadrada como la de sus hermanas.
También el dial para modificar el carácter de la maquinilla funciona sin espacios superfluos. Todo sólido y preciso. Quizás un poco duro cambiar el dial? Alguna fricción tiene que tener este sistema para que las piezas no se muevan al utilizar la maquinilla.
La forma del cabezal parece muy compacta. Pero apariencias engañan a veces. Es tan grande como el cabezal de la Rex Ambassador. Creo que aquí la unificación de la maquinilla se hace notar y nos parece un elemento íntegro de un total. No se nota que no es tan compacta. La altura de la tapa nos da suficiente margen para poder llegar a todos los sitios que queremos afeitar y el peine tiene un fantástico rebaje, tanto funcional como estético.
Puntuación: 19 puntos
Agarre
El mango es corto y fino. Tiene rebajes en forma de media esfera como moleteado y un tacto satinado. Esto le proporciona más que suficiente fricción y agarre para utilizarla en seco o en mojado. Con el mango enjabonado cumple pero no es fácil controlar el cabezal.
Por su satinado, moleteado suave y final redondeado y liso, este mango ofrece mucho confort. Es muy agradable en el tacto y nunca molesta los dedos.
Otra cosa es el control que podemos ejercer sobre la maquinilla con este mango. El mango es bastante fino y corto. Le falta efecto palanca. Eso hace que el control sobre el cabezal pesado se dificulte. Con más diámetro es mas fácil girar y mantener ángulo. La ausencia de un pomo tampoco ayuda. El final del mango no tiene algo para agarrar con nuestro dedo corazón y tampoco hay un dial para ofrecer agarre a nuestro pulgar e índice. El mismo ocurre cuando usamos un agarre invertido. Es como agarrar un bolígrafo de esos ultra cortos que solo puedes agarrar con tres dedos sin poder reposar sobre la mano. Otra desventaja del diseño unificado en mi perspectiva. Es muy bonito tener un mango fino, corto y liso en sus diales y pomo pero cada ventaja también tiene una desventaja. Para el control sobre la maquinilla en este caso.
Hablando sobre control llego al deslizamiento del cabezal. El cabezal desliza perfectamente bien. El acabado satinado reduce la fricción considerablemente al tocar espuma y el peine tiene unos rebajes muy bien hechos para ofrecer esa lubricación necesaria para que el pase fluya. Pero hay algo que mencionar. Por su sistema particular de modificación de carácter de afeitado, hay que utilizar esta maquinilla un poco diferente a otras.
Con la Muramasa el peine es el que cambia de dimensiones. Eso condiciona más el ángulo del mango. Más que en maquinillas que cambian el gap de dimensión. Y como el mango es tan corto, parece que tienes que subir o bajar el mango mucho más entre las diferentes posiciones del dial. Yo he utilizado la técnica “ride the cap”. Esta consiste en que la tapa hace el primer contacto con la piel. En el caso de la Tatara, la tapa nunca cambia de posición y es un punto fijo para empezar. Al hacer el pase, bajas el mango hasta que encuentres el corte que prefieres.
Si el primer contacto lo haces con el peine, en posiciones 4 y 5 hay que ir con cuidado. Lo comentaré en el apartado del afeitado.
Puntuación: 14 puntos
Manejo
En el apartado anterior hablé sobre el control sobre la maquinilla y me fijé en el mango porque tocaba en esa sección. En este apartado volveré a hablar sobre el control sobre la maquinilla pero en este caso relacionado al peso y al equilibrio.
La maquinilla pesa 105 gr. No parece mucho para una maquinilla de acero verdad? Pues os doy una comparación, la Rex Ambassador pesa 100. Parece más grande y pesada, pero no lo es. Y hay otro punto interesante, el equilibrio.
En esta maquinilla de diseño unificado no es fácil determinar lo que es el cabezal y lo que es el mango. Vamos por partes. El mango solo pesa 52 gramos. Eso quiere decir que el cabezal pesa 53, más que el mango.
Ok, pero eso incluye la parte del dial podríaís decir. Vale, se lo quito. La placa base y la tapa pesan 40 gramos. Es la única manera de calcular un reparte de masas que es “favorable” para la Muramasa. Quedaría en 38/62%. Digo “favorable porque mi límite personal es 40/60%.
Lo que pasa en este caso es que el equilibrio, aún calculándolo de esta manera, no es el equilibrio realista. Cuando utilizamos la Muramasa, el punto de agarre convencional se encuentra justo en la junta del mango y el cabezal, a 6 cm del final del mango. Eso es a 2/3 partes de la maquinilla. En ese punto se nota mucho el peso del cabezal. La maquinilla se hace pesada y nerviosa en su equilibrio no por su peso pero por su formato.
Tengo que hacer un matiz. A los que le gusta utilizar el peso de la maquinilla para hacer los pases esto que acabo de describir, no les afecta. El mango es completamente funcional para esa técnica. Pero si te gustan más las carreteras de montaña que las autovías, sí que es algo a tener en cuenta.
El cabezal es muy cómodo y seguro a la hora de cambiar la cuchilla. Los rebajes en los laterales cortos ofrecen un agarre perfecto para enroscar y desenroscar la maquinilla. Una acción que no cuesta fuerza ninguna.
Al desenroscar el mango, sacamos la placa base y colocamos la cuchilla en la tapa. Placa base encima e introducimos mango para apretar. Fácil y seguro. Pero hay otro uso para los rebajes en los laterales del cabezal.
Normalmente al cambiar un dial en una maquinilla, agarras la maquinilla por el mango y cambias el dial. Esto también lo puedes hacer con la Muramasa cuando cambias de 5 hacia 1. Pero al revés, de 1 hacia 5 tienes que tener algo de cuidado al llegar a 4/5 de no desenroscar el cabezal. A mí ya me pasó unas veces y por eso, cuando cambio el dial en esta maquinilla, la agarro por el mismo sitio que cuando cambio la cuchilla.
Con la limpieza puedo hacer un comentario corto o uno largo. Como ya me conocéis, sabéis que voy a dar el comentario largo. Pero voy a empezar por el corto.
Limpieza es fácil. Tapa tiene pocos impedimentos para limpiar, interior de la placa base plana y lisa y peines fáciles de limpiar con un paño. Ahora la contestación larga. No es tan fácil como parece. Sí, lo que dije es verdad, el exterior se limpia fácilmente pero esta maquinilla tiene varias piezas con espacios internos donde se acumula agua y posiblemente más que solo eso. Escribiendo la revisión, abrí la maquinilla y estaba toda seca. Después la desmonté y por dentro estaba toda mojada. No tiene porque ser un problema pero es la realidad. Si esto es la maquinilla que utilizas todos los días y la tienes que desmontar cada vez para dejarla secar, pierde algo de esa facilidad de limpieza.
Los peines funcionan bien. Recogen bien la espuma, protegen, deslizan y se dejan enjuagar bien. Perfecto, como deberían ser todos los peines. Pero yo he notado que los enjuago más que otras maquinillas. La razón vuelve a ser las dimensiones de la maquinilla. Al tener el mango tan corto, la espuma llega a los dedos de vez en cuando porque simplemente no hay el espacio suficiente para darle espacia a la espuma y espacio a tus dedos para un agarre seguro a la vez.
Puntuación: 13 puntos
Afeitado
La Tatara Muramasa ofrece unos afeitados buenos en todas sus posiciones de dial. En posiciones 1 y 2 puedes ir con prisa. Funcionan, te dejan bien y no necesitas ni esfuerzo ni técnica. En posición 3 tienes la posición vainilla, la posición R89, la posición de toda la vida. No hay mucha sensación de cuchilla pero tienes un gap parecido a la R89 y una sensación similar.
Con el dial en 4 ya se nota la cuchilla lo suficiente para ir con más cuidado. Aquí ya hay que elegir el ángulo de corte bien e ir con más atención. En la posición más extrema (5) hay bastante más exposición y la cuchilla está muy presente. El efecto de la exposición se nota mucho más que el incremento del gap. De 4 a 5 el gap incrementa con 0,1 mm pero la exposición también! Para el gap ese incremento no es tan grande pero en la exposición es día y noche.
Sabiendo que a mí me gustan las maquinillas eficientes y con algo de mordedura, mi posición favorita es la 4. Ahí tienes algo de cuchilla con la que jugar pero si utilizas la tapa más que el peine, también puedes jugar un poco con la presión.
No es un cabezal con el que puedo hacer los pases horizontales en mi cuello con total comodidad. El afeitado casi siempre resulta en dos pases con retoques. Quedo bien pero necesito estar atento. Un mal apoyo con el peine primero en o justo por debajo de la linea de mi mandíbula y me arriesgo a un corte.
Pues baja de posición de dial os oigo decir. Con posición 1 y 2 no encuentro la eficiencia que busco y no he comprado una maquinilla de 350 euros para afeitarme como una R89…
La prueba Derby solo confirmó lo que ya me habían confirmado otras cuchillas. Hay que estar atento al dial que utilizas para determinar como hacer el pase. Al abrir más el ángulo del mango y utilizar más la tapa, la cuchilla tiene que hacer su trabajo bien porque no tiene tanto contacto con la piel. Si cierras el ángulo del mango más, la cuchilla también tiene que hacer su trabajo bien porque el ángulo de corte es más cerrado. El filo encara más la piel y si la cuchilla no está en óptimas condiciones, es más fácil que se enganche en un pelo y te haga una mala pasada. La cuchilla influye bastante en esta maquinilla. El afeitado con la Derby fue en posición 3 y 4 pero esta cuchilla se comporta mejor en la 3 que en la 4. También a la hora de elegir cuchilla y dial hay que estar atentos.
Llega la hora de determinar si la maquinilla es indulgente o no. Tiene algo de todo diría yo. Las primeras tres posiciones son utilizables sin peligro por todos. Las dos más altas se pueden utilizar pero con atención. No son nada como la posición 5 y 6 de la Rex Ambassador, esas son más eficientes pero la 4 y 5 en la Tatara son muy eficientes aunque no tan fáciles de utilizar.
Puntuación: 14 puntos
Calidad/Precio
El diseño unificado ha resultado en una maquinilla muy, muy bonita a mi gusto. Me gusta su tranquilidad, sus esferas, su tacto y sus acabados. Me encanta la acción de sus partes móviles y su terminación satinada.
También creo que es una maquinilla que ofrece mucha satisfacción al utilizarla. No es una de las fáciles de usar. En dial 4 y 5 hay que prestar atención a lo que estás haciendo y eso en si puede ser muy gratificante. En dial 1 y 2 puedes hacerte un afeitado rápido y limpio sin preocuparte demasiado y si, después de gastarte 350 pavos en ésta, echas de menos a tu R89, pones la Muramasa en dial 3 y disfrutas de un afeitado vainilla.
Es realista el precio de esta Tatara Muramasa? En mi opinión no. Es mucho dinero y si empezamos a comparar no hace falta ir más lejos que sus dos hermanas, la Masamune y la Nodachi. Si te compras esas con un peine abierto adicional tienes todo lo que te ofrece la Muramasa pero con un mango más largo y con más dinero en el bolsillo.
Mantendrá su valor la Muramasa en 25 años? Es una maquinilla muy interesante por diferentes motivos. Su estética. Su técnica. Las diferencias notables entre sus posiciones. Sus acabados. Pero sigue siendo mucho dinero por una experiencia que puede ser comparable con la que ofrecen otras maquinillas. Yo le voy a dar el beneficio de la duda y suponer que por lo menos va a mantener su precio.
Podría yo vivir solamente con esta maquinilla? Si y no. Por los mismos motivos que expongo aquí arriba. Todas esas cosas son ventajas pero para mí ese mango corto me agua la fiesta un poco. Sí, soy capaz de afeitarme muy bien con ella pero no sin fijarme en lo que hago.
Puntuación: 15 puntos
Conclusión
Durante mis vacaciones alquilé un coche. Un Fiat 500. Uno de los modernos, no el original. Después de hacer la revisión de esta Tatara Muramasa, me vuelvo acordar de ese coche.
Es un coche precioso, en versión Dolce Vita además con asientos de cuero claro y techo solar. Muy bien terminado y equipado y, consecuentemente, un precio elevado. También tenía un motor híbrido moderno con dos baterías pequeñas para facilitar el arranque y reducir consumo al que le costaba subir cualquier cuesta por muy pequeña que fuera. Había que reducir de la sexta a la cuarta marcha para poder fluir por el tráfico. El espacio en el maletero tampoco sobraba para nada. Alguna bolsa tuvo que viajar en el asiento trasero.
Para mí esta Tatara Muramasa es como ese Fiat 500. Una reinvención de un concepto original clásico. Una ejecución de ese concepto de manera moderna e impecable en estética, acabados y técnica pero con algunas lagunas cuando uno se afirma en las características de ese concepto sin intentar sobreponerse a las desventajas que acompañan a esa afirmación.
Al final llegué sano y salvo a mi destino y me divertí mucho pero ese 500 no se convertirá en mi siguiente coche. La Tatara ya la tengo y aunque tenga algunos inconvenientes para mí, la sigo admirando mucho por los huevos que tiene en ofrecer un concepto nuevo. La uso con mucho gusto…pero con mucha atención.
Puntuación final: 75 puntos
