Una experiencia inolvidable

Hola a todos.
Abro este hilo con el único interés de contar la experiencia vivida por diez niños y niñas de entre 10 y 12 años que fueron de viaje a Cantabria.
Todo comenzó hace ya varios meses, cuando el AMPA del colegio en el que estudian mis dos hijas comenzó a preparar el viaje de fin de estudios, que por ser un colegio pequeño, se realiza cada dos años, y al que pueden asistir los niños de quinto y sexto de primaria.
Hay que decir que hace años el colegio tomo la determinación de desvincularse de esta experiencia para los niños, haciéndose cargo de la organización desde entonces el AMPA, acompañando a los niños dos progenitores de los excursionistas.
Pues bien, este año mi hija mayor tenía la posibilidad de ir de viaje y yo pedí parte de mis vacaciones para acompañarla a ella y al resto de sus amigos a lo que iba a ser un viaje inolvidable. Y vaya si lo ha sido.
Tras unas votaciones y a fin de abaratar algo el viaje se opto por realizar el mismo en compañía de otros dos colegios de la zona, de similares características en cuanto al número de alumnos viajeros. Eligiéndose como destino la provincia de Cantabria.
El viaje comenzó un martes con toda la ilusión del mundo. De camino al destino hicimos una parada en unas cuevas para poder ver las maravillosas formaciones que la naturaleza crea con solo agua y minerales.
Esta parada terminó media hora antes de lo esperado, por lo que llegamos al lugar donde nos íbamos a hospedar entre veinte y treinta minutos antes. En la recepción nos recibió un señor muy “amable” que antes de decir “Buenas tardes, ¿Qué tal el viaje?” nos recibió con un “¿Qué pretendéis llegando media hora antes? No están las cosas preparadas” cuando únicamente se le había avisado que ya habíamos llegado y nadie le había exigido nada.
Después de esto esperamos cinco minutos hasta que llegaron los monitores que se iban a hacer cargo de los niños. No puedo valorarlos como personas porque no hubo tiempo para conocerlos. Eran dos chicos jóvenes, cada uno vestido como le parecía y sin ningún tipo de identificación que les identificara como monitor, siendo esto extensible a todo el personal que pululaba por el albergue, no pudiendo saber los profesores o acompañantes si esas personas que deambulaban por el albergue pertenecían a él o por el contrario era alguien que había decidido entrar al mismo para cualquier otro menester. Entiendo que yo no iba identificado como acompañante, pero saber si estás hablando con un monitor o con alguien que trabaja en la cocina ayudaría bastante.
En otros albergues infantiles/juveniles que he estado todos los monitores llevan como mínimo un chaleco que pone “MONITOR” y los niños saben a quién dirigirse, y lo más importante, donde está la persona a la que tienen que dirigirse.
En la agencia de viajes nos habían vendido que el albergue tenía piscina, tirolina, rocódromo… Pues bien, la piscina estaba cerrada y según el cartel que colgaba de la puerta por fecha y hora debía de estar abierta. La tirolina estaba rota. La parte superior de la red de vóley me llegaba a la altura de las axilas. El rocódromo no tenía material para poder usarse. Los niños pidieron una pelota para poder jugar al futbol y al vóley y sólo había una porque la otra “lo mismo está pinchada”.
Antes de todo esto les habían explicado a los niños que por la noche debían permanecer en sus habitaciones hasta que por la mañana les avisaran para bajar a desayunar, y que desde que les avisaran tendrían cinco minutos para estar preparados a la entrada del comedor. Así como otra serie de normas que parecían razonables.
Después de cenar llevaron a los niños a un parque para realizar juegos y como un profesor de otro colegio se quejó del tipo de juego los dos monitores volvieron al albergue, encontrándonos al llegar que los niños de otra excursión estaban todos de cara a la pared, con la obligación de estar con la frente y la nariz pegadas a la pared. En principio pensé que era un juego, pero cuando uno de nuestros monitores dijo que estaban castigados y vi a los monitores respanchingados en un sillón diciéndoles “NO SE DESPEGA LA NARIZ. SOIS CHICLES” se me cayó el alma al suelo. Qué debe de hacer un niño de unos 16 años para semejante aberración.
Estaban por las escaleras y los pasillos de esta forma tan vejatoria para que no se volviera a repetir lo que habían hecho, que no sé lo que fue pero posiblemente hubiera preferido que fuera algo penal para que me llevaran a pasar la noche a un calabozo.
La primera noche el otro acompañante y yo no teníamos habitación en el albergue así que fuimos a dormir a una pensión próxima.
Desde que llegamos al albergue y antes de marcharnos a dormir los monitores del albergue nos aconsejaron insistentemente que si algún niño llevaba teléfono móvil que se lo retiráramos, cosa que en principio no consideramos necesario por la confianza que teníamos en ellos.
Pues bien a las dos y media de la mañana el otro acompañante recibió una llamada de su hijo, que se encontraba muy asustado por los gritos que daban los monitores y los portazos que pegaban cuando entraban a las habitaciones para que se durmieran, dando igual si ya estaban dormidos o no.
A esto no le dimos importancia hasta que a las ocho de la mañana me llamó una madre diciéndome que la había llamado su hija porque estaba aterrorizada por lo que les había pasado. El caso es que sobre las seis y media de la mañana alguien llamó a la puerta de su habitación y les dijeron que en cinco minutos en el comedor, por lo que las niñas se levantaron, vistieron y bajaron al comedor, donde evidentemente no había nadie y un monitor las mandó de muy buenas maneras a su habitación. Cuando subían a la habitación se cruzaron con otro monitor que sin atender a razones ni dejar que se explicaran comenzó a gritarles para que se pusieran otra vez el pijama y se metieran en la cama. Como la niña llevaba el teléfono con ella llamó a su madre para que escuchara lo que estaba pasando y pudiera avisarnos a nosotros.
Si se hubiera tratado de otra persona lo mismo había dudado de lo que me contaba y podría pensar que exageraba, pero resulta que esta madre es profesora y en su carrera ha realizado muchas excursiones con monitores y sabe de que modo se suelen comportar.
Cuando el otro padre y yo llegamos al albergue los niños estaban aterrorizados por lo que habían vivido por la noche y solicitamos hablar con el encargado, el cual trascurrida más de una hora todavía no había llegado.
Se me olvidaba decir que cuando a la llegada al albergue ubicaron a los niños en sus habitaciones nosotros fuimos a ver si estaba todo acorde y nos encontramos un espectáculo dantesco. Las camas eran literas, cosa que sabíamos, lo que no sabíamos era que algunas estaban oxidadas, que los quitamiedos de las superiores estaban rotos y sujetos con unas abrazaderas. Que para poder colocar así los quitamiedos tuvieron que machacar los extremos de los quitamiedos y las escaleras, creando de este modo unas maravillosas aristas de metal oxidado. Los colchones no cubrían todo el somier, que había sido remplazado por una tabla de aglomerado, con bonitas manchas de quemazones, porque la cinta americana que sujetaba alguna de las laminas de lo que en su día fue el somier ya no hacía su función. Las fundas de los colchones tenían unas bonitas manchas oscuras de distintas dimensiones. Sábanas rotas. Enchufes que daban calambre solo con acercarse. Después nos hemos enterado que una noche se rompió una litera.
Por todo esto es por lo que solicitamos hablar con el encargado, que no se presentó hasta el mediodía para decirnos que el colchón que decíamos que ya era demasiado no estaba mal, pero cuando le enseñamos fotos y vídeos se cayó y se hizo el despistado diciendo que se habría confundido de habitación. Más tarde comprobamos que habían cambiado el colchón. Y cuando se le dijo lo del excesivo castigo de la noche anterior a otros niños su mejor respuesta fue que “si no los tratamos así nos los encontramos follando por las escaleras, y a los profesores también”. Ahí lo llevas.
Esa mañana la habíamos pasado en el parque natural de Cabarceno, donde un monitor se jactaba de la ocasión en la que en el albergue se juntó un colegio con otro grupo de adultos que andaban borrachos por el albergue. Mientras gestionábamos con la agencia de viajes nuestra salida de ese antro, en el que los niños no habían querido ducharse porque había moho en las duchas.
En principio pensaron en alojarnos en otro hostal y continuar yendo a comer al albergue, pero como no lo veíamos claro decidimos cancelar el viaje e irnos nosotros con los niños.
Así pues recogimos nuestras cosas, alquilamos dos coches y nos marchamos a un camping de una famosa localidad de Asturias. Todo esto gestionado por mi mujer y la mujer del otro acompañante y con el beneplácito de todos los padres de los niños que teníamos a nuestro cargo.
Lo único que me dolió, y mucho, de irme de ese lugar fue ver a una niña de otro de los colegios con los que habíamos ido llorando y pidiéndonos por favor que nos la lleváramos a ella también de ahí.
Ya en el camping los niños disfrutaron de piscina con toboganes y realizaron todas las excursiones que había preparadas en principio, salvo una que no nos daba tiempo, por tener que devolver los coches que habíamos alquilado. Para compensarlo dimos una tranquila vuelta por uno de los pueblos más bonitos de España (así está considerado) mientras comían un helado.
La responsabilidad que tomamos al anular el viaje fue grande, ya que desde ese momento no teníamos ningún seguro de responsabilidad civil ni nada que se le pareciera, pero ver como les cambió la cara a los niños mereció la pena, lo mismo que escuchar los agradecimientos de los padres.
Una cosa que debe de hacer pensar que no estábamos muy equivocados es que el albergue ha devuelto el dinero del viaje en una semana sin poner ningún tipo de pega, llegando esta cantidad casi a pagar los coches, el camping, las comidas y las entradas a los museos que visitamos.
Además de este hilo le hemos escrito una carta al Sr. Presidente de la Comunidad Autónoma de Cantabria, que tanta publicidad hace de su tierra para que sepa lo que pasa en ella y pueda tomar medidas si es preciso.
Lo que he sacado de esta experiencia ha sido la satisfacción de ayudar a que el viaje se haya convertido en inolvidable (para bien) para los niños, la buena opinión de nosotros que tienen el resto de los padres que nos confiaron sus hijos en esa locura de decisión y en la magnífica relación que ahora tengo con el otro padre implicado en la excursión, que fue el que se comió la mayoría de las negociaciones mientras yo velaba por los niños.
Prefiero no poner nombres, fotos o vídeos por si alguien ha llevado a sus hijos a ese albergue.

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Si alguien lo lee entero mi enhorabuena. Vaya tocho me he marcado :sweat_smile:

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De momento hemos remitido la carta a ver si tenemos respuesta.
Sabemos que desde que nos marchamos los otros dos colegios que iniciaron el viaje con nosotros tuvieron un trato menos lamentable.
Si no obtenemos una respuesta seguiremos dando pasos.
Para el nombre sólo debes juntar el tipo de alojamiento y el nombre del parque natural que está a menos de un kilómetro y visitamos. Por ejemplo: albergue + Cabarceno

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En mi respuesta anterior tienes la respuesta a falta de sustituir un + por una preposición :wink:

Una excursión es muy importante para unos niños, al menos en mi época lo era aunque claro no teníamos tantas cosas como ahora.
Creo que es bastante común el que te traten mal en los sitios y no se valore a los clientes. Es mi impresión.

Eso lo estamos valorando, pero debemos de estar todos los padres de los viajeros de acuerdo y eso lleva su tiempo. Estamos trabajando en ello, como dijo aquel.
De momento sólo nos hemos puesto de acuerdo en lo de la carta a Revilla, que siempre presume de autonomía y de no gustarle las cosas mal hechas.

No te digo ná y te lo digo tó

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Para mi no es un tocho y muy bien echo. Estos echos deberían denunciarse.
Un abrazo

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Alucinando estoy. Gracias por el aporte.

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Joder, luego se quejarán si un padre se “calienta” y le da tres tortazos a un monitor de esos

Menuda experiencia! Gracias por compartir.

Casi nunca

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Este fue también uno de los motivos por los que yo me quedé con los niños y el otro padre fue a hablar con el responsable, si se le puede llamar así.
Yo soy de alterarme fácil y según dice mi mujer, perder la razón, por lo que no me extrañaría que en una mala contestación le mandara como cerca a la mierda y la liaramos de verdad.
Tiene razón el compañero @William.Ashbless con que la violencia no es la respuesta.

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Mi respeto y mi admiración por la forma de actuar. Yo expondría estos mismos hechos en todos lados, sobre todo en páginas especializadas donde se busquen estos albergues, si las hay. Eso duele más que cualquier carta al gobierno. Y no es ir a hacer mal, es ir a hacer bien a muchos padres y sobretodo niños.

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Gracias por contar la experiencia y poner sobre aviso a otros colegios o colectivos. Pero, aparte de la carta al político (que lo puede tomar como eso, una simple carta) lo importante es denunciar formalmente los hechos donde corresponda (Consumo, Turismo…) para evitar que cosas así puedan seguir pasando.

Saludos.

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Si alguien sabe decirme cuál sería el cauce correcto para hacer esas reclamaciones se lo agradecería.
Pienso que consumo lo gestiona cada autonomía y claro ahora nos pilla un poco lejos.
Si sabéis páginas donde poder contar la experiencia para que no se repita también lo agradeceremos, nosotros y los futuros clientes.

Supongo que se puede probar aquí:
http://www.cantabria.es/web/atencion-a-la-ciudadania/detalle/-/journal_content/56_INSTANCE_DETALLE/16401/223874

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Supongo que lo de consumo será la opción, ya que Guardia Civil o Policía no van a hacer nada y me explico.
Estos dos cuerpos se dedican a temas penales y lo que tramitan son delitos y no la mala gestión y formas o las malas condiciones en las que se encuentra el albergue, que en todo caso pienso que sería un incumplimiento de contrato, por no adecuarse lo ofertado y contratado con lo recibido, siendo esto un tema civil para lo que hace falta abogado y procurador.
Es cierto que tienen obligación de recoger cualquier tipo de denuncia, pero luego recibes una carta del Juzgado diciendo que es civil y que tienes un plazo para presentarte con abogado y procurador para ratificar la denuncia, por lo que estás en el mismo punto de partida y con el riesgo a que se te pase ese tiempoy, lo archiven y no puedas denunciarlo otra vez (en España solo se pueden denunciar las cosas una vez).
Supongo que finalmente nos juntaremos para redactar un escrito y lo llevaremos a consumo, salvo que alguno de vosotros sepa de otro modo mejor de proceder.

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Gracias. Le echaremos un vistazo.

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Si. Por agencia. Y según ellos nunca han tenido problemas con ellos, pero claro los niños se olvidan de las cosas en cuanto lo pasan un poco bien. De hecho conozco a la madre de un niño que también fue en la misma fecha y el niño no le había contado nada, pero al escucharme contarle a la madre me daba la razón y aún contaba alguna salvajada más.

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