Este fin de semana he visitado la tienda museo de La Toja,sita en la isla del mismo nombre.
El acceso a la isla es desde la vecina localidad de O Grove,no tiene pérdida,y se puede aparcar fácilmente en los alrededores de la tienda museo,la entrada es gratuita.
El local está rodeado de unos jardines que dan al mar,en un entorno bonito,y justo enfrente,se encuentra la Capilla de las Conchas,una capilla con la fachada recubierta de las típicas conchas de vieira.
En este bonito paraje, lo que más me sorprendió es el aroma a sales minerales procedentes del manantial,que envuelve a toda la zona y que recuerdan a la clásica barrita de jabón.
El local no es muy grande,y comparte una zona de venta de productos actuales y otra de museo con paneles que nos muestran la evolución de los productos de la marca desde sus inicios, hasta la actualidad,y unas estanterías con productos de sus diferentes etapas.
Según entramos,a la izquierda,nos encontramos con una de las cosas más llamativas de la visita.
Una fuente del manantial,con su agua cargada de sales minerales.
Esto es lo que cuenta la empresa sobre el origen y el descubrimiento de los beneficios del uso del agua de su manantial:
“Cuenta la leyenda que el descubrimiento de los Manantiales de La Isla de La Toja sucedió de casualidad.
Un cura abandonó en la isla a su asno enfermo para que pasase sus últimos días. Tiempo después regresó a la isla y se sorprendió al ver al animal sano, alegre y con el pelo brillante por haberse revolcado en las aguas de la isla.
Esta historia comenzó a pasar de boca en boca, despertando el interés en estas aguas únicas. Así fue como unos mecenas decidieron abrir en 1899 el primer balneario de La Toja”.
La zona de tienda no tiene productos exclusivos,realmente casi todo lo que venden lo podemos encontrar en cualquier supermercado de nuestra ciudad.
Tienen un “Rincón del afeitado” surtido con sus conocidas cremas,barritas,espumas y masajes.
Y otra zona con jabones de tocador,colonias y sus características sales de baño.
Mucho más interesante me pareció la zona de museo.
Tiene unos paneles explicativos de la evolución de los productos de la marca,decorados con cartelería de la época,y algunas vitrinas con productos antiguos.
Como no podía ser de otra forma,me encantó ver las barritas antiguas y las distintas gamas de productos de afeitado.
Unos botes antiguos de sales minerales.
Y unos muy antiguos jabones de tocador.
Repartidas a lo largo del museo,hay reproducciones de llamativa cartelería de época,que también me gustaron mucho.
En una esquina tienen expuesta una antigua y llamativa máquina troqueladora de jabones.
En un lateral tienen ubicado un armario tipo “chinero” como les llamamos por aquí,con productos descatalogados.
Y allí,escondido dentro de ese armario,estaba uno de nuestros unicornios.
¡Un tarro de jabón de afeitar La Toja manantiales!
A la hora de pagar unas cosillas que compré,bromeé con la empleada sobre si aceptaba un soborno y me lo vendía
Y me respondió que ya éramos unos cuantos los que se lo habíamos propuesto
¿Qué?Unos cuantos ya se lo habíais propuesto antes ¿no?
En ese armario de los deseos también tenían una funda de barrita roja y negra,estilo a la Gal blanca,que también me llamó la atención,nunca la había visto.
No sé si era una funda de viaje,o fue un formato comercial con barrita dentro,la empleada no me supo responder.
Pues este es el resumen de mi visita.
Si pasáis por la zona es una visita bonita.
No os llevará más de media hora y podéis disfrutar un rato en la casa de uno de los jabones más emblemáticos del afeitado patrio y a continuación podéis daros un homenaje gastronómico con el rico marisco de O Grove.
Espero que os haya gustado la visita virtual y un saludo.
P.D. Durante toda la visita tuve la sensación como que alguien conocido me observaba.
Bahhhhhh,serán tontadas mías…