El domingo compré una Filarmónica DobleTemple baratísima porque tenía una fisura de unos 7 mm.
No podía lijar la hoja hasta que desapareciera la fisura porque me quedaba con una navaja muy pequeña y la fisura podía crecer al lijarla. Por eso decidí cortar la hoja para hacerla más pequeña.
Nada más tocar la hoja con la Dremel, saltó la típica mella de aleta de tiburón con un sonido como de vidrio que se rompe. Parece mentira lo frágiles que son las navajas.
Os pongo una foto del proceso de cortado para que veáis la mella en forma de aleta, en la que el lado de la derecha es la fisura original.
Así quedaba la navaja, una vez cortada:
Cuando me planteé el tipo de cachas que quería ponerle, me dí cuenta que las suyas originales estaban en muy buen estado y, al fin y al cabo eran unas cachas de Filarmónica.
Decidía conservarlas pero se quedaban grandísimas, al haber cortado la hoja.
¿Por qué no cortarlas también y adaptarlas al nuevo tamaño? ¡Adelante pués!
Las corté y las lijé y aquí podéis ver, como en una disección forense, los restos del cadáver.
Sólo me quedaba ponerle el pin, para lo que pongo una foto con las herramientas necesarias:
Y finalmente veréis la navaja terminada.
Quizás debiera haber cortado un poco más la cacha, pero no me he atrevido porque parecería muy gruesa en toda su longitud. Casi como una salchicha.
Luego la he afilado esta tarde y esta noche me acabo de afeitar con ella.
Afeitado lujoso. Casi yo diría que estaba demasiado afilada. Castigada sin asentador por dos o tres días.
Ha sido mi record. Ayer la compré y hoy la uso. ¿Qué os parece?