Me ha gustado especialmente esta reseña porque precisamente, el otro día, subí una fotografía en las compras del mes donde criticaba la cajita que nos “regala” el bueno de Kaleb para su Kopparkant.
Tú qué eres un entusiasta de la perfumería árabe sabes de la calidad y originalidad de los envases y frascos que se suelen ver en ese negocio.
Mi pregunta es: ¿Si una firma que tiene un precio ajustado es capaz de llevar su experiencia de perfume a un nivel superior con su empaquetado porqué las empresas que suben precios deliberadamente no hacen lo mismo?.
Aquí en Valencia existe la cultura del almuerzo y junto a ella lo que se denomina gasto. El gasto son unos entrantes que te sirven nada más te sientas a la mesa: cacahuetes, encurtidos, ensalada, etc. y de manera gratuita* sin que el cliente lo haya pedido. Es una tradición que se sirve para que la espera del bocadillo se haga más llevadera. Todo el mundo sabe que ese gasto va incluido en el precio y que realmente no supone un desembolso económico importante para el negocio si sirve buena cantidad de almuerzos. Es un detalle para el cliente que el cliente siempre sabe agradecer (y que demanda si no se le sirve).
Por el contrario hay restaurantes que te cobran el pan (¡que son céntimos de euro!), lo que se podría tomar como un insulto al cliente. Un disparate.
Si nos damos cuenta, salvo excepciones, son los negocios más asequibles y los de lujo los que tienen detalles de este tipo con sus clientes, va implícito en la cultura y la atención de la marca.
Luego hay un limbo de empresas entre unas y otras que son cicateras a más no poder.
Nadie se afeita o se perfuma con las cajas, pero estos detalles hablan mucho de tu empresa, te están comunicando cosas, te hablan de calidad, de atención al detalle, de que le importas, del valor de su marca y de que quieren que tengas una experiencia más allá de su producto.
Y esa atención surte efecto en quien la experimenta porque entiende ese lenguaje y crea una conexión instantanea, porque no olvidemos que todo el mundo sabe apreciar el detalle y la calidad, es algo natural.
Me gusta mucho la maquinilla de marras, es muy bonita y la caja es un detalle muy de agradecer. A los de Rex les toca las narices que esa empresa exista, porque no estamos hablando de una multinacional china, si no de una familia que se ha pasado de listilla y ofrece más por menos y me pregunto ¿no es ese el mundo de los negocios yanqui?.
Seguramente estarán de juicios y su marca deberá plantearse nuevas alternativas, pero han jugado unas cartas seguras, otro día discutiremos de leyes, copias, chinos y demás historias.
Gracias por esta nueva revisión.