Qué va, imposible para mi piel: muy sensible. Y apenas tengo tiempo. Esto ya hace que dejó de ser artesanía para convertirse en proceso industrial pesado, por cierto.
Lo dicho, si alguien pasa por la ciudad, tiene las puertas de la fábrica abiertas, y os lleváis la piel que queráis (gratis et amore), si os encaja para el tema este de los asentadores. Yo ya llevo muchos años en esto de la piel, y estoy ya curtido y francamente cansado. Salgo de aquí, de fábrica, y no quiero ver más pieles, ya de saturado que estoy. En fin…
Hombre pues si alguna vez me muevo cerca de Lorca, te tomo por la palabra. Hace mucho que no me muevo por la zona de Murcia… Tal vez cuando llegue a la jubilación pueda viajar más.
Aunque yo con la piel no sabría que hacer, con aprender a usar el asentador y las pastas tengo más que suficiente.
Pero me gustará hacer una visita y conocer el proceso, y si se pueden tomar unas fotos, miel sobre hojuelas.
Cuando las cosas se convierten en trabajo diario uno se satura, nos pasa a todos.
Una verdadera lástima, tener a un curtidor en el foro y que no le interesen las navajas
Antes la industria de los asentadores estaba muy avanzada, había infinidad de modelos y los cueros se curtian específicamente para los asentadores.
Hoy en dia se hacen asentadores con los cueros disponibles, uno de los más utilizados es la brida inglesa, que personalmente a mi no me gusta nada.
Por este motivo siempre estoy a la búsqueda de asentadores antiguos que a mi parecer en calidad están muy lejos de los cueros que se utilizan hoy en dia.
Conoces a este curtidor?
Tu proceso de curtido es similar? Un proceso muy artesanal, al final se pueden ver los curos terminados que tienen una pinta espectacular.
Qué interesante, gracias por compartir. Un auténtico artesano como ya no quedan. No, no lo conocía, pero al verlo me ha recordado a los viejos tiempos.
Me temo que nosotros somos industriales y no artesanos, fabricamos usando maquinaria y procesos fabriles para acabar partidas grandes, mínimo 500 pies (aunque lo normal es entre 5.000 y 10.000 pies). Aquí os dejo una foto de la nave de la ribera (bombos de curtición), luego hay una nave de recurtición y tintura, más la nave de acabados, del mismo tamaño, donde están los pigmentadores, máquinas de impregnación, planchas de columnas o continuo, bombos de abatanado, lijas, etcétera. No podemos hacer partidas muy pequeñas, como este señor. Bueno, sí podemos, pero no sale rentable dada la capacidad de nuestros bombos y maquinaria.
Como os decía, tenéis las puertas de la fábrica abiertas. Y hay cientos de hojas de piel de excedentes y saldos que podéis llevaros. Yo os las regalo, faltaría más.
Aquí tenéis una instantánea mejor, donde se observan los bombos que podéis adivinar al fondo de la foto, a la izquierda, en una noticia aparecida en la prensa local cuando cerramos obligados por el confinamiento de la pandemia. Con nuestro mecánico, para que os hagáis una idea del tamaño de los bombos de curtición.
Y ya paro, que no quiero fastidiar el hilo al compañero.
El tema no es tanto la procedencia de la piel, sino más bien el curtido y, sobre todo, el recurtido. La fórmula empleada para “llenar” la piel, aportar firmeza a la flor evitando su soltura, y adecuando el cuero a las necesidades propias del asentado, o a lo que precise el artesano que finalmente elaborará el asentador o lo que fuere. No obstante, en este mundo del curtido, ya os digo que nunca dejamos de aprender, dado que trabajamos con una materia “viva” que cambia tanto que una fórmula puede o no funcionar de una partida a otra de piel, incluso de la misma procedencia, y hay que hacer ajustes siempre. Yo he trabajado con piel de caballo (hace siglos), canguro, vacuno de diferentes razas y procedencias (América del Sur y Norte, Europa, Europa del Este, África, Asia e incluso Australia), piel pequeña (cerdo para forro) e incluso hemos curtido reptiles (hace eones también), y siempre hay que ajustar la fórmulas a la materia prima, con innúmeros problemas. Porque la piel de un animal, aun siendo de la misma raza, reacciona de diferente manera según el hábitat o región donde se desarrolla, o bien si se ha criado estabulado o al aire libre, las enfermedades endémicas de la zona de cría, su alimentación o cuidados veterinarios, y mil cosas más.