Hola a todos:
Me disculpo antes de empezar porque hoy me voy a extender un poco al presentaros y contaros la historia de esta maravilla que en estos momentos está viniendo de camino hacia mi casa desde Picardie (Francia).
Es la historia de un disfrute y de un trabajo que ha durado 11 meses de auténtico gozo; compartiendo ideas, creatividad, sueños… y que hoy, sin más dilación quiero compartir con vosotros.
Un artesano no se hace artesano para que le metan prisa y le exijan unos tiempos de entrega. Un artesano es un artista que necesita tiempo, sueños, cuidado, respeto e inspiración para dejar volar libre su arte. Si lo hacéis así, cualquier artesano florecerá y os entregará lo mejor de él y el resultado final hará que sonriáis y os sintáis plenamente satisfechos.
Si no tenéis paciencia; si no estáis dispuestos a esto, comprad algo ya hecho; no disfrutareis tanto, no disfrutaréis el proceso completo, día a día, pero tendréis algo inmediato…
Me vais a permitir también que os cuente lo más brevemente que puedo el porqué la barca de Caronte y aunque empiezo hablando de cementerios, tranquilos que no va por ahí la cosa.
Todo empezó a la muerte de mi padre en el 2015. Mi padre era un hombre religioso; estudió en los Jesuitas y era siempre él quien me llevaba a misa los domingos cuando yo era pequeño. Pero el caso es que cuando falleció tuvimos que poner un sarcófago de piedra nuevo en la tumba familiar.
En el cementerio hay cruces en la entrada, cruces en todas y en cada una de las tumbas, cruces encima de cada uno de los ataúdes… en fin en cada rincón; por todas partes… Yo nada tengo en contra de esto ni mucho menos; pero sinceramente me parece excesivo, redundante e incluso pesado y como decimos hoy en día: fruto de un “copia-pega” repetido hasta la saciedad que hace que las cosas pierdan sentido y la religiosidad profunda se convierta en un mimetismo social y en hacer lo que todos, una y otra vez, una y otra vez…
El caso es que consulté a mis familiares (tal vez futuros inquilinos de la tumba de la familia…) acerca de qué les parecía si no poníamos ninguna cruz ni ningún símbolo religioso en la sepultura incluyendo así a todos y respetando cualquiera de las opciones de creencias de los descendientes venideros.
Esta propuesta fue aceptada y a partir de ahí, con el cariño natural que sentía hacia mi padre y hacia su personalidad mi cabeza comenzó a idear otro tipo de símbolos relacionados con la posteridad, con la permanencia del alma etc…
Mi padre era un hombre soñador; se ilusionaba con muuuchas cosas y pensando en él imaginé que si le hubiera consultado acerca de poner en su tumba la barca de Caronte seguro se hubiera puesto a imaginar y a rememorar, con la misma ilusión de un niño, dejando volar su fantasía, las viejas historias de la mitología griega.
Al final nunca colocamos ningún símbolo en la sepultura pero toda esta historia quedó en mi cabeza…
Al mismo tiempo, os confieso que Caronte es un personaje mítico que llama mucho mi atención. Es uno de los pocos seres mitológicos que tiene acceso a los dos mundos: a las dos orillas. Al mundo de los vivos y al de los muertos… Desliza su barca sobre la Laguna Estigia o el rio Aqueronte de uno a otro lado… entre el cielo y la tierra…
Dicho todo esto y dejando volar yo también, mi propia fantasía pensé que era más útil que poner una estatua, forzosamente condenada al polvo sobre una sepultura; idear un modo de darle la vuelta a todo esto y de hacer un guiño cómplice y divertido a mi padre sabiendo que con seguridad a él le hubiera encantado y que hubiera disfrutado de esta “picia (travesura)” tanto como yo…
Hay veces que la mejor opción para honrar a los muertos es decidiendo vivir…
El caso es que con esta idea en la cabeza contacté con nuestro amigo artesano francés Sèbastien @Semar. https://www.instagram.com/les_lames_de_semar/
y aquí comienza realmente la presentación oficial de esta maravilla.
Tenía claro que quería una “navaja - barca” y el diseño para conseguir esto lo quería distinto. Con la parte más ancha cerca de la cola / espiga (imitando la proa de un barco) al contrario que el común de las navajas que o bien mantienen parecido ancho a lo largo de toda la cacha o bien se engrosa ligeramente en la parte de la punta (nariz) y así le pasé mis primeros diseños a Sèbastien.
En varios emails estuvimos hablando de tipos de acero, formas, vaciados, locuras en el diseño de la punta de la que ahora os hablaré… en fin un trasiego de emails de ida y de venida que estoy seguro que nos hicieron disfrutar a los dos alborotándonos mutuamente con ideas y más ideas.
Sèbastien me propuso un maravilloso acero Shirogami 2 o acero blanco y todo ello embutido con otra mezcla de metales para poder fabricar así un acero de Damasco que es lo que yo quería.
También le pedí para la punta (nariz) un adorno peculiar que yo había visto en los tradicionales cuchillos tagalos de Filipinas, en el museo del ejército, siendo yo niño y que había llamado mi atención; una especie de brizna o hebra que se desgaja de la hoja principal. Un curioso adorno pero supongo que no sin dificultad técnica para el pobre Sèbastien que pacientemente escuchaba todas mis locuras.
Poco a poco íbamos avanzando juntos que ha sido lo más bonito de todo este proceso.
Él me enviaba fotos de cada paso: de la selección de los metales, de la soldadura de éstos, del primer forjado y de la torsión al rojo vivo para conseguir esas maravillosas vetas que caracterizan al acero de Damasco… lo que él llama en un adorable francés: “Trouse de dames”
No os podéis imaginar lo que he disfrutado de cada foto; de cada paso…
Poco a poco iba consiguiendo el “mar de aceros” que da ese vistoso aspecto al Damasco…
Llegó después el momento de crear la hoja… como en tantas películas de maestros herreros hemos visto; igualito que dando forma a una espada: nuevamente al rojo vivo y a yunque y martillo…
Y en cada golpe, el alma de Sèbastien: del artista… Tres palabras que lo dicen todo: Intención, Atención y Dedicación
Señores ¿Qué tiene esto que ver con una navaja hecha industrialmente, deprisa… sin alma? ¿Dónde está la “Baraka” en esas hojas? ¿Cómo podría yo meter prisa, por mis ansias, a este trabajo hecho con corazón?
Yo me vine arriba y puesto que el material daba para ello y ¡podíamos hacerlo! le pedí una 9/8 con un vaciado de 1/4 y con sonrisa.
Así con el mismo tesón y paciencia con el que nace un buen vino surgió…
“Sombra y Bruma” Sinceramente al ver esta bellísima hoja no se me ocurrió un nombre más apropiado.
Ahora ya sólo quedaba hacer las cachas…
Yo quería imitar una barca vieja y desvencijada, con los mismos jirones raídos de la túnica de Caronte; como si siglos de navegación hubieran hecho que se hubieran desprendido trozos del casco… y además tiznados de un rojo sangre de los viajeros… para ello le envié un trozo de cordón que tenía por casa de un bonito color rojo que a mí me encantó para poder transmitirle el tono exacto de rojo que me gustaba.
Este también fue un proceso laborioso… Sèbastien hizo hasta tres modelos diferentes de cachas.
Al final con un trozo de madera fósil de roble y resina roja, las cachas comenzaron a tomar forma…
Como he dicho yo quería unas cachas irregularmente dentadas; como el casco de un barco que de tantos golpes contra las rocas se hubiera ido rompiendo sin llegar nunca a hundirse…
Además en mi locura imaginativa, como he dicho al principio, quería que la parte de las cachas más próxima a la espiga fuese inusualmente más ancha para así imitar lo más posible la proa de un barco; lo que creaba un grave problema.
El problema que podéis ver en mi prototipo de cartulina no era otro que cómo coger la navaja para poder usarla una vez abierta…
Para solucionar esto a mí se me había ocurrido hacer un agujero, como imitando una rotura en el casco (como véis en el prototipo) pero Sèbastien me dijo que resultaba imposible; que debilitaría mucho la estructura y que probablemente se rompería… además no era cómodo meter por este agujero los dedos para agarrar la navaja; así que otra noche de darle vueltas a la cabeza…
Él me había propuesto hacer como un entrante; una especie de hendidura pero no estábamos convencidos del todo puesto que esta idea, estéticamente era más fea que la idea inicial…
Pensando, pensando vino la idea: Los barcos, cuando avanzan por el mar crean olas y estas olas tapan en ocasiones parte de la proa. ¿Por qué no tapar esa hendidura que forzosamente había que realizar con una ola?
Así, una vez más con papel cebolla y lápices de colores y quitándome horas de sueño le transmití la nueva locura a Sèbastien.
Al fin habíamos dado con la solución para dar definitivamente el aspecto final de la barca de Caronte que yo quería.
La hoja de la navaja ya estaba hecha; las cachas también estaban hechas…
Pero ahora…y esto quiero recalcarlo; fruto de la creatividad y del entusiasmo de Sèbastien mirad con lo que me sorprendió…
Me gustaría poder colgar el vídeo que me envió con la peana / soporte que él solo ideó.
Os confieso que hay pocas cosas tan satisfactorias que cuando dos personas crean un equipo, se contagian el entusiasmo y ambos con ilusión se ponen manos a la obra…
En fin, ya que no puedo colgar el vídeo solo del soporte… ¡¡vamos con las fotos!!
Tachán, tachán!!! Aquí tenéis el resultado final. Espero que os guste tanto como a mí.
Es un placer compartir y presentaros oficialmente a “La Barca de Caronte”
Yo no sé si el rio Aqueronte o la laguna Estigia tienen estas aguas tan bellas…mi padre que era daltónico no hubiera podido apreciar los colores de este bellísimo conjunto; pero de lo que sin duda estoy seguro es que esta creación a él le hubiera encantado.
Con ese niño interior lleno de ilusión que todos los hombres llevamos dentro hubiera disfrutado y ensoñado travesías entre ambos mundos…
Al igual que yo, que con esta barca; con este juego… me siento más próximo a él.
Como si esta barca de verdad uniese nuestros dos mundos y con sonrisa cómplice nos mirásemos mutuamente con satisfacción sintiéndonos un poco más cerca.
Desde luego nada que ver con una estatuilla inútil, olvidada y polvorienta sobre un sarcófago de piedra… ¿Qué os parece?
Estoy deseando que llegue a casa para probarla!!!
Respecto al trato, la comprensión, la paciencia, la entrega y el trabajo de Sèbastien, todo lo que os diga es poco; de verdad os digo que inmejorable.
Creo que a través de mis palabras os podéis hacer una idea pero sin duda viendo la cantidad de fotos que me ha ido mandando de todo el proceso (estas son sólo una muestra) podéis haceros una idea de su dedicación y por supuesto viendo el resultado final de su trabajo y por si esto fuera poco…
¡Además de todo esto! ¡¡Me ha hecho un vídeo de cómo poder asentar esta hoja curva!! Decidme si no es para estar más que contento.